El responsable de Vigilancia Epidemiológica del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Rubén Castillo, informó ayer, que inició el rastrillaje de casos de coronavirus COVID-19 en algunos municipios del Trópico de Cochabamba.
«Algunos municipios, como Villa Tunari, Entre Ríos y Shinahota han arrancado con lo que es el rastrillaje de las áreas focalizadas», dijo Castillo.
Indicó que la semana pasada fue dedicada a la organización del trabajo en los diferentes municipios identificando las zonas y lugares de rastrillaje.
Es así que «en este momento, en estos municipios, ya se está haciendo un rastrillaje por áreas, (pero) no de todos los municipios», indicó.
El Sedes también informó que en el transcurso de la semana ingresará personal de salud que reforzará al contingente que está trabajando en la región.
Son 60 personas, entre médicos y personal de salud, con contratos por tres meses dotados desde el Gobierno nacional, apuntó.
Los casos confirmados de pacientes COVID-19 en el Trópico de Cochabamba casi se triplicaron de 54 pasaron a 145, puesto que, cada una de las personas que dieron positivo tuvieron entre 10 a 12 contactos directos, lo que las convierte en potenciales contagiados.
La localidad de Entre Ríos —ubicada en la provincia Carrasco, a 265 kilómetros de la ciudad, y cuya población más importante es Bulo Bulo—se ha convertido en el epicentro de la propagación del SARS-CoV-2, que provoca la COVID-19. En dos semanas pasó de tener un caso positivo a 56 y de 1 a 14 fallecidos, de los cuales 10 murieron el lunes, casi todos adultos mayores.
La expansión del coronavirus también avanza, de manera acelerada, en otros cuatro municipios del Trópico de Cochabamba.
Puerto Villarroel, situada a orillas del río Ichilo, donde vive la mayoría de la etnia yuqui, tiene 26 casos confirmados y un deceso; Villa Tunari, una de las localidades más conocidas del Chapare, registra 20 positivos; Chimore, subió de 9 a 23 las personas contagiadas. ABI