Una vez diagnosticada la enfermedad, es importante que los pacientes aprendan a convivir con ella y realicen ajustes en su alimentación que pueden ayudar a mejorar su calidad de vida.
La médico nutrióloga Verónica Ayala destaca que los alimentos en general y los nutrientes en particular cumplen un rol preponderante en el desarrollo y preservación del sistema inmune.
Apunta que la malnutrición, tanto en casos de déficit (desnutrición) como en los de sobrenutrición (obesidad), puede disminuir la adecuada respuesta del sistema inmunológico. “Por lo tanto, en pacientes con Covid-19 (con sintomatología leve y moderada) es esencial promover el consumo de una alimentación adecuada en cantidad y calidad para evitar el deterioro del estado nutricional, propiciar la pronta recuperación y prevenir complicaciones”, asegura. Agrega que las pautas de alimentación están dirigidas a disminuir los síntomas generados por la fiebre y problemas respiratorios, asegurando una adecuada hidratación.
La nutricionista dietista de Nutriday, Estefanía Somoza, coincide con ello y recalca que hidratarse constantemente es fundamental, presenten o no los pacientes sensación de sed. “El agua ayuda a que la sangre transporte oxígeno y el nivel de energía aumenta cuando estás bien hidratado”, añade. Señala que otra de las consecuencias que aqueja a algunos de los pacientes con coronavirus es la falta de sensación gustativa, manifiesta que al consumir zinc se regeneran las células de los botones gustativos, entre otros muchos beneficios.
NUTRIENTES Y ALIMENTOS AMIGOS
Ayala explica que actualmente no existe un tratamiento nutricional específico frente a la Covid-19, por lo que es de vital importancia el adecuado consumo de alimentos y agua para asegurar una ingesta suficiente de nutrientes.
Ambas especialistas destacan la importancia de consumir frutas y verduras, frutos secos, legumbres y alimentos de origen vegetal (no sería animal?) con moderación, entre otras especificaciones.
En general, Ayala comparte las siguientes recomendaciones nutricionales para una alimentación saludable:
• Consumir al menos cinco raciones de frutas y verduras al día
La médico nutrióloga sugiere consumir tres raciones de frutas al día y dos de verduras. Respecto al tipo de frutas y verduras, recomienda comer todas, sobre todo las frescas y de temporada. “Cuanto más variado y colorido más aporte de vitaminas y minerales”, agrega Somoza.
Si existen molestias en la garganta, fiebre o falta de apetito, Ayala recomienda realizar preparaciones de fácil deglución como purés y cremas de verduras enriquecidos con aceite de oliva o fruta pelada y cortada.
• Elegir productos integrales y legumbres
Ayala aconseja elegir los cereales integrales de grano entero (pan, pasta y arroces integrales) y legumbres cocinadas con verduras (lenteja, poroto, garbanzo, tarhui, habas y arvejas).
• Preferir productos lácteos y fermentados naturales bajos en grasa
“Opte por leche, kéfir y yogur descremados de tipo natural (sin sabor o azúcares añadidos)”, recomienda Ayala.
• Consumir de manera moderada alimentos de origen animal
Ayala aconseja consumir carnes rojas uno a dos días a la semana y pescados también con la misma frecuencia. Los días restantes: carnes magras de aves, conejo, etc. Huevos: cuatro a cinco días a la semana, apunta.
Sobre las formas de preparación, sugiere que sean al horno, a la plancha, salteado, hervido en agua, al vapor o preparaciones bajas en grasas.
• Incluir frutos secos, semillas y aceite de oliva
El aceite de oliva como aderezo o para cocinar. Los frutos secos (almendras, nueces, pistachos, etc.) y semillas (girasol, zapallo, linaza, chía, etc.) naturales o tostados en horno, evitar los fritos, endulzados y salados, resalta la médico nutrióloga.
• Mantener una buena hidratación
Ayala hace un especial hincapié en garantizar el consumo de líquidos, al menos de 1,8 litros al día, preferentemente agua segura (hervida). “Puede incluir caldos vegetales con carne y/o pescado desgrasado, infusiones y té. Las gelatinas neutras o saborizadas sin azúcar pueden ser útiles para las personas que tienen fiebre o dificultad en la deglución”, agrega.
Somoza acota que en lo posible el agua sea alcalina o détox.
QUÉ EVITAR
“No es que tengamos que hacer muchos cambios. Es más que todo una oportunidad para escoger lo mejor para el organismo”, afirma Somoza y sintetiza que se deben evitar alimentos que favorecen la producción de dióxido de carbono (Co2), como harinas blancas, azúcares y grasas dañinas (comida rápida y embutidos), ya que bajan las defensas.
Ambas expertas señalan con qué alimentos tener cuidado y evitar su consumo:
• Bebidas y/o refrescos comerciales altos en azúcar, asimismo bebidas alcohólicas. “El azúcar refinado baja las defensas. Si estás en un proceso de cualquier enfermedad, quieres prevenir o estás saliendo de la Covid-19, consumir azúcar refinado hará que tus células inmunitarias estén más débiles y más lentas, por lo que estarás más propenso a enfermarte”, subraya Somoza.
• Cereales y sus derivados altos en azúcar y grasas: masitas y productos de panadería, cereales artificiales, etc., indica Ayala.
• En caso de excesiva producción de flemas, Ayala recomienda evitar todos los lácteos y derivados y más si son enteros (con grasa).
EL PAPEL DE LA SUPLEMENTACIÓN
A pesar de la constante información acerca de incrementar el consumo de ciertas vitaminas y minerales, por encima de las necesidades nutricionales diarias para mejorar el sistema inmunitario, Ayala asevera que no existe suficiente evidencia científica con relación a la Covid-19 que soporte esta postura.
Sin embargo, ante cualquier proceso patológico que acreciente las demandas metabólicas y nutricionales, y ante la inminente disminución de la ingesta de alimentos, explica que es menester proporcionar al organismo aquellos nutrientes que resultan beneficiosos en su proceso de recuperación. Por lo que en los casos de pacientes desnutridos (o en riesgo de desnutrición) y aquellos que presenten déficit de oligoelementos y/o micronutrientes, recomienda reponer déficits de vitaminas D, C, A, E, del complejo B, además de zinc y selenio.
“Algunas personas requerirán también de suplementos nutricionales (fórmulas hipercalóricas y/o altas en proteínas, según sea el caso). Sobre todo, aquellas en las que la ingesta se ve disminuida por la presencia de malestar en la garganta, fiebre o pérdida del apetito”, acota la médico nutrióloga.
OTRAS RECOMENDACIONES
Ayala sugiere también seguir las recomendaciones de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) para el enriquecimiento nutricional de preparaciones para personas con pérdida de apetito por la Covid-19. Explica que éstas son aplicables en pacientes hospitalizados o en domicilio:
Aumente el número de comidas al día (realizar entre 6 y 10), aunque no sean de gran cantidad.
Mastique bien los alimentos y coma despacio, tomándose el tiempo que necesite.
Si tiene poco apetito, empiece a comer siempre el alimento proteico (carnes, huevos, lácteos).
No centre su alimentación en sopas o caldos, sólo le aportarán agua, pero no nutrientes.
Beba los líquidos (agua preferentemente o infusiones) fuera de las comidas (separados de aquellas 30 o 60 minutos).
Puede tomar también zumos y jugos naturales de fruta o licuados caseros entre horas.
Fruta: No la consuma sola. Acompáñela con yogurt, en licuados con leche, compotas con maicena, quinua u otro cereal.
Tanto en el almuerzo como en la cena, debe incluir siempre carne (150 g) o huevo (2 unidades) o pescado (150 g).
• Embutidos, fiambres y carnes grasas de cualquier animal, advierte Ayala.
• Alimentos precocidos (pizzas, lasañas, canelones, etc.) y comida rápida (pizzas, hamburguesas, etc.). Ayala asegura que en general no están recomendados en una alimentación saludable, debido a su elevado contenido en grasas saturadas y/o azúcares.
MEDIDAS NUTRICIONALES TRAS SUPERAR LA ENFERMEDAD
Tras vencer la enfermedad, Somoza asegura que es importante continuar con cuidados y seguir medidas como controlar el peso corporal. “La probabilidad de sufrir una infección grave y recaer por la Covid-19 se incrementa en un 44 por ciento en las personas con sobrepeso y casi se dobla en las que sufren obesidad. Sin embargo, el riesgo de muerte también es alta en personas con desnutrición o que generaron anemias durante su padecimiento”, subraya. Recomienda para su recuperación total reincorporar una alimentación balanceada con todos los grupos de nutrientes. “Aprendamos a variar lo más que podamos nuestra alimentación”, añade.
Sobre los pacientes de alto riesgo, es decir, adultos mayores, personas desnutridas, con obesidad, con dos o más enfermedades crónicas (diabetes y enfermedades cardiacas, entre otras), aconseja adecuar su alimentación de acuerdo a las recomendaciones individuales de su médico o nutricionista.