Los padres de jóvenes con algún tipo de adicción dicen que reconocer el problema a tiempo no es sencillo, pues las señales son poco claras. Hoy te contamos algunas de las posibles señales que pueden indicar que tu hijo está consumiendo drogas.
El olor en la ropa. Es cierto que, si alguien fuma un cigarrillo a tu lado, la ropa puede adquirir mal olor. Por ello, aun cuando no hayas fumado, es posible tu ropa huela a tabaco. Sin embargo, si el olor es muy penetrante y persiste en las prendas con el paso del tiempo, entonces hay que conversar con el joven para saber qué es lo que está ocurriendo.
Salud ocular. Los ojos son indicadores muy claros de las adicciones. Cada droga en particular tiene efectos diversos. Por ejemplo, el cannabis provoca enrojecimiento de los ojos y mirada somnolienta. Contrariamente, la cocaína y el éxtasis producen dilatación de las pupilas, con lo que la mirada se hace muy abierta.
Exceso de irritabilidad. En la adolescencia, los cambios hormonales pueden provocar cambios de humor bruscos, pero cuando se consumen drogas las reacciones suelen ser aún más intensas y, en comparación, exageradas. Hay adolescentes que se muestran irritables y agresivos, sobre todo cuando no han consumido, pues el cuerpo les pide la droga. Otros, en cambio, s e vuelven solitarios y tienden a alejarse, especialmente de sus padres, ya que así pueden consumir, sin dar explicaciones.
Extrae medicamentos. Cuando comienzan a consumir drogas suelen experimentar con varias, por aquello de que es “solo una prueba”. El botiquín familiar suele ser una fuente de drogas de fácil acceso para ellos. El diazepam o los populares jarabes para la tos son los más recomendados por quienes ya los probaron y tratan de inducir a otros. Por lo tanto, si desaparecen medicamentos de tu botiquín, en grandes cantidades, es momento de tener una conversación.
Irresponsabilidad. Uno de los efectos más demoledores de las adicciones es el mal hábito de abandonar toda responsabilidad y dejarse llevar solo por el ocio. El joven consumidor deja de lado sus estudios y todo aquello que requiera compromiso. Baja el rendimiento escolar y se abstiene de comprometerse con tareas que antes disfrutaba.
Los puntos señalados hasta aquí no son indicadores, por sí solos, de que un joven sea adicto. Por ello, es necesario informarse muy bien y no sacar conclusiones apresuradas.
Evaluación general
Los cambios en el comportamiento de un hijo que consume drogas suelen ser tan evidentes para aquellos padres que les conocen, que al minuto sospecharán. Con todo, es importante tener en cuenta que dependiendo de si el tipo de droga es estimulante o relajante, una persona puede presentar comportamientos y signos distintos.
Por ello, es recomendable estar bien informados acerca de las características de cada una de ellas y sus manifestaciones. En caso de que consideres que has confirmado las sospechas de que tu hijo consume drogas, busca ayuda profesional. De esta manera, podrás gestionar el problema de la manera más acertada posible.
Lo importante es estar alerta, estar muy pendiente de tus hijos, estar al tanto de qué hacen, a dónde van, quiénes son sus amistades, con quiénes se relacionan. Por último pero no menos importante, recuerda que mantener una buena comunicación y relación con tus hijos es una base clave para mantener un ambiente familiar saludable y prevenir problemas como el desarrollo de adicciones.