Comunidades de Sipe Sipe atemorizadas por presencia de jaurías de perros

Una adulta mayor de Sipe Sipe enfrentó sola una jauría de perros salvajes. Era ella contra más de una decena canes que atacaba a su ganado, les arrojó con piedras y ellos se abalanzaron “a matar”; un rastrillo que tenía a mano la salvó.

Ella es una entre muchos afectados por esta situación que se da en al menos cuatro comunidades de Sipe Sipe, a más de 22 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.

Caramarca, Payacallo, Quiroz Rancho y Vinto Chico son los poblados que aprendieron a vivir “con chicote en mano” porque en el momento menos pensado pueden ser atacados por estos animales.

El presidente de la Organización Territorial de Base (OTB) Quiroz Rancho, Savino Camacho, informó que esta problemática data de hace casi una década.

Si bien en 2013 las autoridades municipales erogaron un presupuesto para “eliminar” a los canes feroces, a siete años de aquel anuncio, la población aún vive atemorizada por ellos.

Según Camacho, andan en grupos de al menos 15 animales y provocan daños personales y materiales.

Además de atacar a la gente, cuando es época de siembra escarban la tierra, derriban maizales y dañan cultivos de papa y otros tubérculos.

También se alimentan de los desechos que la gente arroja al río. Según Camacho, ahí hay restos de pollo y chancho que son depositados irregularmente.

Vecinos no pueden hacer nada

El dirigente contó que algunos vecinos se organizaron para frenar la proliferación de perros, pero las autoridades les advirtieron que si les hacen daño pueden ser procesados. Ante esto se ven atados de manos.

Considerando que el Municipio no asume acciones frente a esta situación, la mayoría de los pobladores cercó sus propiedades, pero aquellos que no cuentan con recursos económicos o son de la tercera edad viven en están condenados a vivir en predios sin paredes y a riesgo de ser atacados por las jaurías.

En 2013, los vecinos de Quiroz Rancho relataron que las jaurías de estos animales se formaron desde 2012, cuando poblaciones migrantes se asentaron en el límite municipal con Vinto.