Dubái es una de las urbes más cosmopolita del mundo. El ser extranjero es algo común en esa zona. La mayoría de sus habitantes llegaron desde Europa, Pakistán o la India como Sulaiman Nellissery, quien nació en Kerala, pero vive allí desde muy chico. Él conoce como pocos lo que fue la vida de Diego Armando Maradona en Dubái, porque fue su chofer particular durante más de siete años, el tiempo que el argentino vivió allí.
“Tenía tres carros: un Rolls Royce, un BMW I8 y un Jeep Wagner, pero no los manejaba porque no tenía tiempo para hacerlo. Además, el club me puso a mí para que lo llevara. Sí, nos pusieron varias multas porque Diego quería acelerar el coche y lo tuve que hacer. Es que en esos viajes presionaba para que la camioneta “vuele”, como le gustaba decir a él. Pero eso provocó que en un mes le llegaran cuatro mil dólares de multa. En Dubái las multas son sobre quien conduce y, de no pagarlas, se le retiene el registro”, contó Sulaiman.
“La mansión quedaba en el barrio de The Palm, en Jumeirah. La casa se la cedió el Gobierno de Dubái por seis años. Siempre estaba muy limpia, ordenada y brillaba por todos lados. Contaba con un gimnasio propio, pileta y hasta una cancha de fútbol-tenis donde se ponía a jugar. Era muy grande y tenía todo lo que te puedas imaginar. Seis habitaciones grandes, siete baños, uno al aire libre, terrazas, una mesa de ping-pong y varias salas de estar, dos de ellas con televisores gigantes, sillones y todo tipo de electrodomésticos. Se trataba de un sitio muy especial, con salida al mar. Tenía empleados las 24 horas: un chef, tres personas de limpieza y yo, que era su chofer”, concluyó el chofer.