El resfriado es una infección vírica de las vías respiratorias que dura entre siete y diez días, cuyos síntomas suelen aparecer de forma progresiva y pueden incluir o no fiebre, tos y dolores musculares. No existe un tratamiento específico, aunque sí muchos fármacos destinados a aliviar y reducir el malestar que provocan esos síntomas, si bien el mejor remedio para el resfriado siguen siendo las medidas encaminadas a evitarlo, tanto por la vía de reducir el riesgo de contagio como de fortalecer nuestro sistema inmunitario para que, si se nos acercan esos virus, no nos pillen debilitados.
Lavarse las manos. Por ello recomiendan lavarse las manos muy a menudo, y siempre al llegar a casa. Además, apuntan que puede ser útil llevar en el bolso desinfectantes líquidos (con un 60 % de alcohol) para utilizar cada vez que sea necesario.
Ventilar bien. En la misma línea de reducir las probabilidades de contagio es fundamental ventilar una o dos veces al día, durante unos diez minutos, las estancias en las que se pasa más tiempo y, especialmente, aquellas en las que se concentre un mayor número de personas.
No tocarse los ojos, la nariz y la boca. Es importante no tocarse con ellas los ojos, la nariz o la boca, “que son las vías por las que suelen atacar el organismo los virus del resfriado”, alertan desde Care+, una de las marcas que ofrece productos para aliviar los síntomas si, a pesar de estas precauciones, nos resfriamos.
Hacer ejercicio a diario. Además, “el ejercicio físico contribuye a la eliminación de bacterias de los pulmones y vías respiratorias y favorece la circulación de anticuerpos y leucocitos, con lo que también se consigue combatir posibles enfermedades de forma más rápida y efectiva”.
No fumar. Si queremos mantenernos alejados de los catarros es importante no fumar y evitar también el tabaquismo pasivo. El humo del tabaco –y se está probando que también el vapor perfumado de los cigarrillos electrónicos– irrita las vías respiratorias, facilitando el paso de virus y bacterias.
Dormir. Procurarse una buena calidad de sueño y durante el tiempo requerido cada día es un factor clave para la salud y para evitar que el sistema inmunitario se debilite. La falta de descanso altera nuestro organismo, aumenta el estrés, y eso repercute directamente en nuestras defensas.
Llevar una dieta equilibrada. Mantenerse en el peso óptimo mediante una dieta equilibrada y saludable, con abundancia de frutas y verduras, ricas en vitaminas, contribuye al normal funcionamiento de sistema inmunitario.
Beber muchos líquidos. Hidratarse bien contribuye se importante para que nuestro organismo funcione bien, y contribuye a eliminar toxinas y gérmenes, algo que ayuda a que el sistema inmunitario funcione correctamente.
Abrigarse. A pesar de que las gripes y los resfriados se producen por virus y no por frío, lo que sí parece probado es que cuando la temperatura corporal baja nuestras defensas se debilitan y es más fácil ponerse malo, por lo que ir abrigado cuando la temperatura es baja nunca está de más.
Rebajar el estrés. Diversas investigaciones indican que mientras estamos sometidos a estrés se dispara el nivel de adrenalina y cortisol. Por tanto, si estamos muy estresados hay más probabilidad de que nuestro cuerpo no responda bien ante los virus y enfermemos.