Corea del Sur comenzó a imponer multas de 100.000 wones (alrededor de 90 dólares) a todo aquel que no lleve mascarilla en sitios públicos, con el objetivo de frenar la expansión del coronavirus en la misma jornada en que el país reportó su mayor número de casos diarios en 70 días.
En ciudades como Seúl, funcionarios públicos se hicieron presentes hoy en las paradas de autobús y metro más transitadas y en algunos edificios públicos y establecimientos como cafeterías para recordar a la gente el uso obligatorio y correcto de la mascarilla.
Los menores de 14 años y aquellos que demuestren que por problemas de salud no pueden llevarla quedan exentos de las multas.
También se permite no llevar mascarilla cuando se realizan caminatas o ejercicios en parques siempre que se respete la distancia de seguridad.
Por otro lado, se multará a aquellos locales que no informen a los clientes de la obligatoriedad de mantener puesta la mascarilla cuando no estén comiendo o bebiendo. La sanción es de 1,5 millones de wones (1.348 de dólares) y de 3 millones (2.695 dólares) si la infracción se repite.
La norma ha entrado en vigor el mismo día en el que Corea del Sur reportó 191 nuevos casos de COVID-19 detectados el jueves pasado, la mayor cifra desde el 4 de septiembre.
El primer ministro surcoreano, Chung Se-kyun, advirtió que si esa tendencia continúa las autoridades se verán obligadas a endurecer el actual nivel de distanciamiento social, que en la mayor parte del país se encuentra en el escalón 1, el más permisivo de todos.
El país asiático anunció recientemente una revisión de esta escala, que ahora cuenta con cinco niveles pensados para intentar contener el contagio dañando la economía lo menos posible.
Gracias a su exhaustivo sistema de rastreo de contactos, su buena capacidad para testear y su esquema de hospitalización integral, Corea del Sur es uno de los países que mejor ha manejado hasta ahora la pandemia.
Por el momento suma poco más de 24.000 contagiados y 487 fallecidos por la enfermedad de COVID-19.