Coronavirus en EE.UU.: qué hay detrás del imparable aumento de casos y por qué preocupa la celebración del 4 de julio

El coronavirus parece ir a la baja en muchos lugares del mundo, pero desde luego no en Estados Unidos.

Las autoridades sanitarias de ese país observan con preocupación el incremento diario de nuevos casos en una curva particularmente pronunciada en los últimos 14 días.

Este jueves se dio a conocer un nuevo y alarmante récord: 50.000 contagios en un solo día.

En este contexto, y en vísperas de la celebración del Día de la Independencia el 4 de julio, los distintos estados adoptan medidas para reducir las aglomeraciones, en un intento de detener la propagación del virus.

Los líderes estatales y especialistas de salud no se ponen de acuerdo en cuál es la causa de esta clara tendencia al alza.

El aumento de las pruebas de diagnóstico en todo EE.UU. ha influido en que suba el recuento de casos.

Pero la tasa de positivos revela que el aumento de pruebas no explica por sí solo el incremento de casos.

Para el doctor Anthony Fauci, jefe de Epidemiología del Instituto Nacional de Salud de EE.UU., el incremento de casos tiene una relación directa con la relajación de las cuarentenas en la mayoría de los estados.

La Organización Mundial de la Salud dice que los estados deben tener una tasa de positivos del 5% o inferior durante dos semanas antes de poder suavizar las restricciones a la movilidad.

Estados del sur como Texas, Florida, Arizona y California se han convertido en los nuevos epicentros de la pandemia en el país.

En cada uno de ellos se repite el patrón que sugiere Fauci.

Reapertura en Texas

Después de casi tres meses en los que los nuevos casos oscilaban entre los 1.000 y 2.000 diarios, el recuento de contagios en Texas se disparó en las últimas dos semanas, superando los 6.000 en un solo día.

Este pronunciado aumento se ve reflejado en una cifra récord de ingresos hospitalarios, que aviva el temor a que los hospitales del estado pronto se vean desbordados.

¿Por qué el aumento? Muchos apuntan a la relajación de las medidas de confinamiento.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, permitió que la orden de permanecer en casa expirara el 30 de abril, con casi todos los negocios, incluidos bares y restaurantes, operando al menos al 50% de su capacidad a primeros de junio.

La semana pasada, en plena subida, el gobernador mandó cerrar todos los bares y ordenó que los restaurantes redujeran su capacidad.

«Si pudiera volver atrás y rehacerlo todo, probablemente habría ralentizado la reapertura de los bares», le dijo Abbott a una emisora local de El Paso.

Los restaurantes y bares llenos también parecen encajar con otra tendencia nacional: la media de edad de las personas diagnosticadas con covid-19 ha bajado gradualmente a lo largo de la pandemia.

Las normas sobre el uso de mascarillas son uno de los factores que diferencian a Texas de aquellos que tienen tasas menores de transmisión.

En 11 estados con políticas de uso de mascarillas, incluidos Nueva York e Illinois, el número de casos nuevos ha bajado un 25% en las últimas dos semanas, según un análisis del diario Philadelphia Inquirer.

Del otro lado, en estados donde solo algunos empleados deben llevar mascarillas, los nuevos casos han aumentado en una media del 70%.

La juventud en Florida

La orden de permanecer en casa en Florida expiró poco después de la de Texas, el 4 de mayo.

Si bien los condados más poblados del estado -Miami Dade y Broward- se contuvieron hasta el 18 de mayo, Florida adoptó una de las estrategias de reapertura más agresivas de EE.UU.

Las instalaciones de Disney y las playas empezaron a reabrir a finales de mayo, justo cuando los ciudadanos de todo el país celebraban el feriado del día del Recuerdo.

Para junio, los bares, restaurantes, gimnasios y tiendas reanudaban las actividades.

En las últimas dos semanas, los casos se han quintuplicado en Florida, según el diario The New York Times.

Los ingresos hospitalarios también están ascendiendo, pero la tasa de muerte no ha experimentado una fuerte subida.

El hospital público más grande de Miami anunció que dejará de realizar intervenciones quirúrgicas no urgentes a partir del lunes.

La carga de casos en el Jackson Memorial se ha duplicado en las últimas dos semanas.

La respuesta del gobernador del estado, el republicano Ron DeSantis, a estos datos coincide con lo que dice la Casa Blanca: se hacen más pruebas y hay más jóvenes contagiados.

Pero algunos especialistas dicen que incluso con el aumento de pruebas, los números todavía apuntan a que la expansión se debe a un mayor contacto social.

DeSantis no ha llegado a aplicar nuevas medidas obligatorias para contener el contagio de la covid-19, pero alcaldes del sur de Florida, la región más golpeada, están discutiendo nuevos pasos.

En Miami, Fort Lauderdale y Palm Beach, las playas estarán cerradas este fin de semana por las celebraciones del 4 de julio, el Día de la Independencia.

El alcalde del condado Miami Dade, Carlos Giménez, limitará también las reuniones a no más de 50 personas, con mascarillas obligatorias.

El calor de Arizona

El estado de Arizona es quizá la región con un incremento más alarmante en todo EE.UU.

A mediados de junio, un epidemiólogo de Harvard observó que el estado tenía una cifra de casos y una tasa de positivos superior a las de Brasil y Perú en aquel momento.

Se trata también de una historia reconocible: la subida de casos siguió a su proceso de reapertura.

El gobernador republicano Doug Ducey levantó la orden de quedarse en casa el 15 de mayo.

Desde entonces, se reabrieron restaurantes, bares, casinos, gimnasios, clubs de golf y piscinas.

Había recomendaciones sanitarias, pero no una obligación de cubrirse la cara o reglas para el distanciamiento social.

Además de la cantidad de casos, la velocidad a la que aumentan es lo que preocupa a los expertos en salud.

El clima caluroso de Arizona puede estar empeorando el problema, ya que muchos optan por actividades de interior por las altísimas temperaturas.

En este contexto, los hospitales de Arizona, que están en modo de emergencia, han advertido que las unidades de cuidados intensivos (UCI) pueden quedar desbordadas.

Tras las críticas recibidas por su falta de acción, el gobernador Ducey ordenó el 29 de junio que los bares, los locales nocturnos, los gimnasios, los cines y los parques acuáticos cierren al menos durante 30 días para paliar el estrés sobre el sistema de salud.

California, del elogio a la alarma

De los cuatro estados más golpeados por el resurgimiento de casos. California es en muchos aspectos un caso aparte.

Su orden de permanecer en casa del 19 de marzo -la primera en el país- fue ampliamente elogiada como responsable de contener las muertes que se veían en otros estados grandes como Nueva York y Nueva Jersey.

Pero dos meses después de que el gobernador demócrata Gavin Newsom dijera que la curva de la covid-19 se había aplanado, los casos están en alza.

Los ingresos hospitalarios se dispararon un 43% en las últimas dos semanas.

Autoridades sanitarias locales han advertido que uno de cada 140 residentes puede tener el virus sin saberlo: la semana pasada el cálculo era de uno de cada 400.

Las autoridades de California achacan la subida en parte a un aumento de las reuniones sociales y familiares, en particular en los residentes de edades entre 18 y 49 años, que componen la mayoría de los casos positivos en el estado.

La relajación de las restricciones en negocios de interior, como gimnasios y restaurantes, probablemente también jugó un papel importante.

El pasado domingo, siete condados, incluido el de Los Ángeles, recibieron la orden de cerrar los bares.

Condados y ciudades como San Francisco han revertido los planes de reapertura.

Brotes del virus han emergido en prisiones y residencias de mayores así como en áreas rurales y urbanas.