La serie sobre El Presidente que está disponible en Prime Video, la plataforma de servicio de streaming de Amazon, ha reabierto la puerta del FIFA Gate, el escándalo de corrupción que estalló en 2015 y reveló cómo era el entramado de coimas que existía principalmente en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). La ficción tiene como protagonista a Sergio Jadue, encarnado por Andrés Parra, quien fue presidente del fútbol chileno por aquellos años y terminó siendo uno de los topos del FBI. Sin embargo, las licencias que se toma la obra dirigida por Armando Bo son demasiadas en comparación con la realidad.
El ex presidente Unión La Calera llegó al poder casi de casualidad, como bien explica la obra. Antes de iniciarse como dirigente, sus ingresos provenían de una panadería que su familia materna tenía en la ciudad y de los alquileres de algunas propiedades que había heredado de su padre. En 2009, alcanzó la presidencia del club y durante su gestión logró vender un terreno valuado en alrededor de USD 500 mil y el ascenso a la primera división.
El arribo de su equipo a la máxima categoría se dio en época de elecciones en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y en plena disputa entre los dos principales candidatos: Harold Mayne-Nicholls, quien buscaba la reelección, y Jorge Segovia, la cara de la oposición. La grieta en ese momento estaba generando un caos político en la entidad y los dirigentes no encontraban un candidato que reflejara una ansiada unidad, sobre todo porque los aspirantes al puesto debían demostrar que no tenían ningún tipo de negocios con sus clubes, más allá de sus cargos, requisito que pocos cumplían. Es así que Mayne-Nicholls vio en Jadue su salvación y lo escogió como su sucesor.
El año 2010 se apagó entonces con Jadue como presidente de la ANFP. De esa manera llegaba a la cima un hombre sin recursos, sin pantalla, sin dinero y sin poder, más allá del que le daban los hilos que manejaba su antecesor.
Como se muestra en la serie, el chileno se encontró de repente con la corrupción que envolvía a la Conmebol por aquellos años. El sistema ilícito que fue demostrado por la Justicia estadounidense tiempo después es sencillo de comprender: las empresas Full Play, Torneos y Traffic (después unidas bajo el nombre de Datisa) pagaban sobornos a varios integrantes del consejo directivo del ente rector del fútbol sudamericano y así obtenían los derechos televisivos de torneos como la Copa Sudamericana, la Copa Libertadores o la Copa América, entre otros.
Al empaparse de ese mundo y aceptar el dinero de manera ilegal, Jadue, quien al asumir en La Calera apenas tenía ahorros en su cuenta bancaria, empezó a darse gustos. En pocos años compró una casa en un barrio adinerado, un apartamento en Viña del Mar, otro en La Serena, una parcela en Quillota, un auto de lujo y una camioneta para su esposa, entre otros bienes que se detallan en un artículo publicado en el sitio CIPER de Chile.
Jadue no era una persona brillante ni mucho menos, incluso la mayoría de las decisiones que tomaba eran primero aprobadas por Mayne-Nicholls, a diferencia de lo que muestra la serie que lo refleja como un hombre independiente del resto que forjaba su propio camino. Además, su relación con Julio Grondona era prácticamente nula. El ex dirigente argentino tuvo breves reuniones privadas con él, más allá de los meetings obligatorios que se realizaban en la sede de la Conmebol, por lo que la realidad dista bastante de la ficción.
En mayo de 2015, el FIFA Gate estalló cuando en Suiza se detuvieron a siete dirigentes por pedido de los Estados Unidos. El hecho ocurrió como bien muestra El Presidente, en la previa de la reelección de Joseph Blatter al frente de la Casa Madre del fútbol mundial y dos días después del operativo, el suizo consiguió los votos pese al escándalo y se quedó con el cargo.
Ese mismo año, en junio se celebró la Copa América en Chile y La Roja se coronó campeón por primera vez en su historia, al superar en los penales al máximo candidato: la Argentina de Lionel Messi. Para ese entonces, Jadue sabía que el tiempo se le agotaba porque empresarios y dirigentes empezaban a entregarse o a ser detenidos en distintas partes del mundo.
Es así que el 9 de noviembre el presidente de la ANFP tomó un vuelo a Brasil y tres días más tarde regresó a su país para el encuentro que su seleccionado debía disputar ante Colombia en el marco de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Rusia 2018. Según señalan varias personas que lo vieron en ese partido, Jadue estaba muy desmejorado, por lo que se sospecha que en ese fugaz viaje acordó entregarse a la Justicia. El 17 de noviembre, abordó un avión a los Estados Unidos y nunca regresó a Sudamérica.
El dirigente admitió ante los tribunales de Nueva York haber cobrado 2,2 millones de dólares en sobornos y en mayo de 216 fue inhabilitado de por vida a participar de toda actividad relacionado con el fútbol por el Comité de Ética de la FIFA. Actualmente se encuentra con prisión domiciliaria en Miami, en donde vive junto a sus hijos, Nicolás y Sabja, pero no con su esposa, de quien se separó hace algunos años, mientras espera la sentencia que se aplazó por novena vezz.
La última vez que su nombre figuró en los portales de noticias fue hace algunas semanas, cuando se conocieron imágenes de la vez que se tomó a golpes de puño con el novio de su ex esposa, María Inés Facuse. El argentino, cuya identidad no fue revelada por los medios, explicó que el ex dirigente maltrataba a su mujer y que el episodio entre ellos se dio cuando él había querido defenderla para evitar una pelea: “Él la escupió, se le iba encima y la trataba de golpear. Fue una situación muy violenta de una persona que no está bien de la cabeza”, relató.
En mayo de 2015, cuando iniciaron los arrestos de dirigentes y empresarios, Jadue empezó las negociaciones para su entrega, a pesar de que en Chile sostenía su inocencia ante la insistencia de la prensa. Por su parte, su ex esposa siempre ha declarado que ella desconocía este tipo de arreglos y hoy en día lucha con sus abogados para recuperar la tenencia de sus hijos.
La realidad es que nunca se reveló cuándo fue que el chileno se convirtió en un soplón del FBI y él no ha dado entrevistas desde su arresto.