A lo largo de la crisis sanitaria por la pandemia fueron numerosas las veces que se dieron discusiones mediáticas entre representantes del gobierno central y la Gobernación.
Este fin de semana no fue la excepción, pues hubo una serie de ataques verbales por la presencia militar en la zona de El Paso, en Quillacollo.
El ministro de Gobierno Arturo Murillo señaló que desde la Gobernación exigieron la desmilitarización del lugar. Por lo que el ministro respondió: “tocan a algún solo soldado o algún policía (en algún sector), después aténganse a las consecuencias”, dejando en claro a la gobernadora Esther Soria que «nadie tiene que pedirle permiso» a ella para cuidar bienes del Estado.
Al respecto, el secretario de Coordinación General, Fanor Alvarado, desmintió al ministro, asegurando que nadie de la Gobernación exigió el retiro y pidió a esta autoridad coordinar este tipo de resguardo, asegurando que los «comunarios» de esa región son los que rechazan la presencia militar en el sector.
Aparentemente el Ejército está en el sector para resguardar la Hidroélectrica, pero esto no se confirmó.