Siempre hubo personas pidiendo en las rotondas, y lo más común era para curarse de alguna enfermedad. Ahora, en esta cuarentena el hambre es la que empuja a extender la mano por algunos centavos.
“Dame algo para mi comida”, dice Yolanda mientras extiende su mano en la rotonda del segundo anillo y Paraguá. Ella aprovecha la luz roja de los semáforos para acercarse a los vehículos. Uno de los inconvenientes que enfrenta es el temor de la gente, que pocos abren sus vidrios para darle una moneda.
Los dos bolivianos que una mujer le alcanzó le arrancaron una sonrisa. “Es que ya no hay nada para comer en la casa, no todos ayudan, pero algunos nos dejan algo”, comenta.
En el otro sector de la ciudad, en el cuarto anillo de la Tres Pasos al Frente, dos mujeres, cada uno con sus hijos pequeños de unos dos años, descansan mientras beben agua en botella y le dan un pedazo de los tamales al horno que alguien les dejó al paso.
Esta situación se repite en otros lados de la capital cruceña. En el cuarto anillo de la Mutualista, la tarde de este miércoles concentraba a una veintena de personas sentadas sobre el camellón que por momentos se levantan para pedir a los transeúntes. A pocos metros una pareja se esforzaba por pedir con más frecuencia. “Ayúdame con unas monedas para dar de comer a mi hijita”, dice la mujer de piel morena, que incansablemente se acerca a uno y otro vehículo que pasa por el lugar.
A una rotonda más al norte, en la 2 de Agosto, se apostó un joven con su letrero: “Ayúdame con Bs 1 o Bs 2 para comer”. También se esmera por tener la atención de los conductores ocasionales que pasan.
Sobre el mismo cuarto anillo, en la avenida Alemania hay otro grupo de unas seis personas. Tres jóvenes levantan su improvisado letrero que también pide ayuda para comer.
Otro salió con su letrero para pedir para una olla común. En la avenida Luján también, pasando el bateón, también hay tramos donde salen personas a pedir monedas para la olla común que hacen.
El hambre ahora es el principal motivo que llena las calles. Esta vez ya no solo son los que viven en situación de calle los que han salido a pedir, sino también personas que necesitan comer y que por el momento no pueden trabajar.
También otros deciden salir a pedir casa por casa. Señalan que cualquier moneda es bienvenida para poder alimentarse, pero también para comprar medicamentos. Agencias