Las trabajadoras sexuales de la ciudad de El Alto presentan su propio “protocolo de bioseguridad” para evitar ser infectadas por el virus y en ella contemplan el mamelucos sensuales, sexis y transparentes.
Entre otras medidas de bioseguridad, las trabajadoras del amor plantean el uso de barbijos, simultáneamente prohíben a sus afiliadas dar besos y acariciar al cliente. Después de cada trabajo están obligadas a desinfectarse con abundante alcohol y darse una ducha con agua caliente.
Con relación a los clientes, resolvieron obligar a los parroquianos el uso de barbijo, guantes y el preservativo, además del alcohol en gel que debe ser utilizados antes y después del acto.
La representante del sector, Lili Cortez, informó que este documento con los protocolos de bioseguridad fue enviado al Servicio Departamental de Salud (SEDES), para que sea considerado y se decida la apertura de los lenocinios ubicados en la zona 12 de Octubre.
Por su parte, el médico del Servicio Departamental de Salud de El Alto, Daniel Casas, recordó que una de las reglas para evitar el contagio de la letal enfermedad es el distanciamiento físico. “En el mundo de la prostitución esa medida es inaplicable», afirmó la autoridad. Agencias.