De Cochabamba al mundo, la producción del café de Colomi está entre los mejores

Todo inicia con unos pequeños granos rojos que, después del secado, molido y destilado se convierten en la deliciosa y aromática taza de café que es indispensable para iniciar o continuar la jornada.

En un día frío o caluroso, para quitar el sueño, como digestivo, energizante, antioxidante son solo algunos de los efectos mágicos del café.

Uno de los productos más placenteros de consumir para los solitarios, las parejas, reuniones de amigos, en el trabajo y los intelectuales. Su consumo es versátil pues además de “existir una cultura del café”, es un leguaje mundial.

La Llajta en los últimos años forma parte de este lenguaje y lo que comunica es que el departamento tiene una producción de calidad, que fácilmente se ubica entre las mejores de Bolivia. Si bien, el café de La Paz es uno de los más reconocidos a nivel mundial, los cochabambinos no se quedan atrás y van ganando mercado a nivel local y nacional; no obstante, visitantes extranjeros también son seducidos por el café que se está produciendo en San José del municipio de Colomi.

UN CAFÉ DE ALTURA

A más de 2.550 metros sobre el nivel del mar en la localidad de San José se está produciendo un café de especialidad de gran calidad, incluso productores lograron el primer lugar, por encima del ya reconocido café paceño.

Es así que, Jhonny Tapia, Julio Urquidi(padre) y Julio Urquidi (hijo); tres emprendedores, tienen el objetivo de dar a conocer el café cochabambino y demostrar que es posible ampliar la producción en varias regiones del departamento.

“Cochabamba tiene más potencial que La Paz que está produciendo café hace 40 años, acá aún tenemos ‘tierras vírgenes’. Colomi se va convertir en un Caranavi, actualmente tenemos 30 hectáreas de producción”, dijo Jhonny.

En relación al trabajo que implica producir café, señaló que es una labor dura la que se realiza en el campo, por ello es que, junto a sus socios buscan tecnificar la producción, para mejorar la cosecha y calidad, además de facilitar las labores.

Estos emprendedores apuestan por una producción amigable con el medio ambiente; es decir, no solo piensan dedicarse al monocultivo sino apuntan a la diversidad. Las plantaciones no solo serán de café, se las combinará con árboles frutales y eucaliptos que protegen a la planta del sol, viento e incluso de las heladas. “No estamos descubriendo la pólvora esta forma de cultivo ya se está aplicando en otros países, solo buscamos impulsar la producción en Cochabamba”, aseveró.

DEMOCRATIZAR EL CONSUMO

“En Europa una taza de ‘café expreso’ cuesta un euro, acá 12 bolivianos o más, siendo que somos productores”, afirmó Tapia.

El consumir en una cafetería no es barato, pese a que el grano utilizado es producido en el país, es por ello que Jhonny y sus socios pretenden que todos los cochabambinos puedan acceder a un café de buena calidad y económico.

Ellos comercializan el grano a precios accesibles a todo bolsillo e impulsan a que en los hogares preparen su propio café y no tengan la necesidad de pagar demás por una taza de la apetecida bebida.

PARLAWI UNA EXPERIENCIA SENSORIAL

Ingresar a Parlawi es una experiencia sensorial, todo inicia con la vista pues en plena avenida Perú llama la atención las plantas de café en la puerta, además de los colores de la fachada, todo forma parte de una invitación a este oasis para los cafeteros.

Una vez adentro lo primero que se percibe es un intenso y exquisito aroma a café, un pasillo que ilustra las distintas formas de destilar, es decir se va sumergiendo al visitante en este mundo.

Distintas variedades de café le dan un toque tropical al lugar y lo que muchos amantes de este producto nunca vieron los granos que van siendo tratados antes de llegar a ser degustados.

Una vez que se hace el recorrido previo se llega al “laboratorio del café” un ambiente con distintos tipos de cafeteras, una máquina de expreso, diversidad de cafés, licores y todo lo relacionado al preparado y degustación de este elixir. Como es de esperarse un lugar con ese toque “bohemio” tan característico de este mundo de granos, aromas y colores.

AMOR Y PASIÓN

Johnny Tapia, propietario de Parlawi vivió más de una década en Alemania donde estudió en la escuela hotelera Fritz Gabler en la ciudad de Heidelberg.

Trabajó en hoteles clásicos de cinco estrellas como Steingenberge o el Buhler Hohe en Baden Baden, además trabajó en la cadena Chicco di Café en Munich como barista, donde se apasionó por el mundo del café, esta pasión nunca más lo dejó y es por ello que decide regresar a su amada Bolivia e iniciar una aventura relacionada con los maravillosos granos.

Actualmente dedica el 100 % de su tiempo a la producción y tratado del café, esta actividad la comparte con su familia.

UN SUEÑO CONJUNTO

Dos hectáreas en Tiquipaya son el albergue de los sueños e ilusiones de Julio Urquidi (padre), Julio Urquidi (hijo) y Jhonny Tapia que se animaron a plantar café en sus variedades más apetecidas como es la Geisha de origen panameño, Pacamara, Catuai y Castillo.

Sin embargo, no solo ellos forman parte de este sueño pues la producción se la está realizando con todas las herramientas al alcance para obtener buenos resultados, es así que, la empresa Biosis S.R.L. con el apoyo de su gerente Mauricio Crespo ha implementado una estación meteorológica para medir parámetros con los procesos tecnológicos.

La Casa del Papel de David Gandarillas también forma parte de este proyecto con la elaboración de bolsas biodegradables para trasplantar las plantas de café. (Priscila Pinell)