Tras reunirse con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, el mandatario de ese país anunció que el estadio Kanjuruhan, en Malang, será demolido y reconstruirlo «con instalaciones apropiadas que garanticen la seguridad de los jugadores y los aficionados».
En cuanto al «estadio Kanjuruhan en Malang, vamos a demolerlo y reconstruirlo según las normas de la FIFA, con instalaciones apropiadas que garanticen la seguridad de los jugadores y los aficionados», declaró Joko Widodo a la prensa tras reunirse con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de visita en Yakarta. El responsable de la FIFA se comprometió a ayudar a la transformación del fútbol indonesio para mejorar la seguridad, tras su reunión en el palacio presidencial. «Vamos a reformar y transformar el fútbol en el país», dijo Infantino. Indonesia acogerá la Copa del Mundo Sub 20 el año que viene.
El balance de la tragedia se elevó a 133 personas, tras el fallecimiento de un hombre de 33 años que murió por las heridas sufridas durante la estampida. Más de 40 niños fallecieron en la catástrofe, que Infantino describió como «uno de los días más oscuros para el fútbol».
Tras la derrota por 3-2, del Arema FC contra el Persebaya Surabaya, dos equipos locales, los aficionados invadieron el terreno para mostrar su enfado contra jugadores y dirigentes. La policía intentó controlar a la multitud por la fuerza, con porras, según testigos e imágenes de video, pero eso incitó más a los aficionados a entrar en el césped.
La utilización masiva de gas lacrimógeno provocó el pánico entre la multitud y las salidas estaban inaccesibles o eran demasiado estrechas, por lo que muchos aficionados murieron asfixiados o aplastados. El equipo de investigación también dijo que se habían eliminado más de tres horas de imágenes de CCTV aproximadamente una hora después del partido. El equipo ha solicitado que la policía proporcione este video.
Seis personas, incluido tres policías, fueron inculpados y el jefe de policía regional, trasladado a otro destino. Agencias