Denuncia malos tratos en el hospital y luego muere

Falleció producto del coronavirus, el destacado periodista Quillacolleño, Fortunato Fernández, tras días agonizando en el hospital Benigno Sánchez, después de la determinación de algunos médicos de desconectarlo del tubo de oxígeno, supuestamente en represalia por denunciar malos tratos en el principal centro de salud de Quillacollo.
El virus ya había avanzado en su organismo, lo cual le hacía prácticamente imposible respirar por sus propios medios, pero aun así, Fernández denunció los hechos por Facebook, mediante un audio que él mismo grabó, dando a conocer la decadente realidad que atraviesa el hospital Benigno Sánchez.
Al respecto, el Delegado Defensoria del Pueblo, Nelson Marcelo Cox Mayorga, manifestó que solicitará los informes pormenorizados al Director del hospital Benigno Sánchez, con relación a la atención y las causas del deceso del periodista.
“La Defensoría del Pueblo ha aperturado una investigación sobre lo sucedido con el señor Fortunato Fernández en el hospital Benigno Sánchez, a objeto de establecer si hubo negligencia médica o no, así como la insuficiente atención adecuada y oportuna.”, aseveró la autoridad, a tiempo de lamentar la muerte del trabajador de la prensa, quien se dedicó al periodismo durante varios años al servicio de la población quillacolleña.

AUDIO
Parte del audio que grabó que el periodista dice: Ahora me encuentro en el hospital Benigno Sánchez, donde están los pacientes aislados. Se ha hecho totalmente imposible de poder encontrar un lugar para mí, estoy sobre una camilla donde examinan a los pacientes. No hay baño, no hay un tacho para orinar.
No hay lugar adecuado, les reitero estoy sobre una camilla. Cuando hice la denuncia pública, todos se molestaron, me quitaron por casi cinco horas el oxígeno que no les ha dado las ganas de conectarlo.
Es un estado lamentable, todos los que llegan aquí, están en este cuartucho de 3 por 4 metros. Estamos tres pacientes en este momento.
Así esta nuestra ciudad de Quillacollo, todos estamos a la espera también de la muerte, una muerte lenta que nos tocó a cada persona. Agencia