El presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Joaquín Andrade Claros, y el gerente técnico de la misma estatal, Walter Alfaro, son apuntados por presuntos hechos de corrupción que cometieron antes de asumir los cargos actuales; además, están involucrados en nepotismo, según dos fuentes allegadas a la empresa nacional y según planillas.
Uno de los contactos que conoce muy bien Comibol, y que pidió guardar su nombre en reserva, mencionó que antes que Andrade ejerza el cargo, en noviembre de 2019, era asesor técnico de la empresa Svarog, quien había comprometido un contrato exclusivo entre la firma rusa y la estatal para explotar oro en Amayapampa.
La otra fuente confirmó el hecho e incluso dijo que Andrade había convencido a los trabajadores de la mina de oro que se les iba a subir su sueldo de 3.500 a 6.000 bolivianos si presionaban a la Comibol para que la rusa se haga cargo de las operaciones. Agencias