Con frustración, decepción y agotamiento, una mujer víctima de violencia, hizo una larga peregrinación por instancias policiales que las derivaron a otras oficinas sin dar una solución concreta a su problema. La mujer exigía que su expareja pague las pensiones para el cuidado de sus hijos, ya que el sujeto de nombre Juan Gonzalo G. V. tendría varios meses de pago pendientes.
El conflicto inicia cuando la mujer va a buscar al sujeto en un restaurante para reclamarle las pensiones para sus hijos, estando en el lugar, fue inmediatamente reconocida y perseguida por el sindicado y sus familiares que tomaron una actitud beligerante. La mujer intenta huir y sube a un taxi que esta por arrancar, pero los agresores abren las puertas y empiezan a golpear a la mujer y también al conductor por defenderla.
“Yo estaba sentada a lado del taxista y mi ex pareja abrió la puerta y me empezó a golpear en toda mi cara y cabeza”, relata la víctima.
Mediante la intervención de efectivos policiales, todos son trasladados a la EPI Norte, el chofer también se presentó para fungir como testigo de las agresiones a la mujer. Nadie imaginaba que como resultado de este hecho, el chofer también sería detenido por ocho horas, aún a pesar de que defendió a la mujer de la familia agresora que superaban las cinco personas.
Ante la ‘negligencia’ que estaría siendo mostrada por los funcionarios policiales que se rehusaban a atender a la mujer agredida, convocan al Colectivo Mujeres de Fuego, solo entonces, al percatarse de ello, los policías procedieron a atenderla y arrestar a la expareja.
“Al final cuando llamamos a las Mujeres de Fuego, en alta voz hablamos, les dijimos ‘ayúdennos no nos quieren atender’, recién me dijeron te vamos a atender, ven sentate
Habiendo llegado la noche, y con la presencia de la organización, se inician los reclamos por la retardación e inoperancia que estarían demostrando los policías dentro de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia. En los videos subidos a las redes sociales, reclaman que la familia agresora estaba recibiendo incluso más atención que los agredidos.
Habiendo llegado la noche, en instancias del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), se registran nuevamente peleas entre ambos bandos, varias personas graban el hecho mientras las mujeres se agreden entre sí. Las víctimas de este hecho resultan más afectadas.
La víctima y principal afectada, resulta ya sin fuerzas y aletargada por el largo trayecto recorrido, además del estrés acumulado durante la jornada y sin contar con los hematomas resultantes de la violencia física ejercida en su contra. Por ese motivo, pierde el conocimiento y se desmaya en dos ocasiones “quiero vomitar” les decía a sus acompañantes tratando de recomponerse.
Familiares y acompañantes del caso lamentaron las actitudes por parte de los funcionarios policiales que, más allá de brindar soluciones, propiciaron que el conflicto se agrande de manera innecesaria y desemboque en agresiones físicas y arrestos.