Los visitantes y aficionados a subir las gradas para llegar al Cristo de la concordia se han convertido en el blando de delincuentes que rondan y se refugian en los alrededores del Cerro San Pedro.
Las últimas víctimas fueron turistas quienes recorrían el lugar a primeras horas del día y fueron sorprendidas con amenazas para que entregaran sus pertenencias de valor.
Pese a que en el lugar incrementaron los controles y patrullajes la inseguridad no es frenada. Los visitantes sobre extranjeros se quedan sorprendidos con los hechos delictivos que en ocasiones nunca habían vivido.
Según los mismos deportistas que conocen la zona, los delincuentes aprovechan caminos poco conocidos para arrinconar a sus víctimas y escapar por la misma serranía, despistando a todo aquel que quiera perseguirlos.
Los mismos piden mayor seguridad en la zona turística, que es concurrida por propios y visitantes.