Escoltados por la PRF (Policía Federal de Carreteras), los 224 bolivianos que ingresaron ilegalmente a Brasil, vía Mato Grosso do Sul, fueron deportados a Bolivia este martes en horas de la mañana.
El grupo viajaba en seis buses de la Empresa Andorinha cuando fueron interceptados, en la BR-262, en la localidad de Terenos. Los vehículos fueron escoltados por la PRF hasta el patio de la Policía Federal en el Aeropuerto Internacional de Campo Grande, donde los bolivianos fueron escuchados y luego deportados.
La indagación policial no encontró ningún indicio de material ilícito en los pasajes. Esta situación se corrobora con la declaración de los bolivianos quienes reafirmaron la versión de que iban de compras a São Paulo.
Desde el sábado está prohibida la entrada de extranjeros por vía terrestre al país debido a los contagios por Covid-19. La medida tiene una vigencia de 30 días.
Sin embargo, existe un vacío legal que permite a los residentes de ciudades gemelas, como Corumbá, Ladario y la provincia de Germán Busch, donde se encuentran las ciudades de Arroyo Concepción, Puerto Quijarro y Puerto Suárez, cruzar libremente la frontera, aunque no pueden ir más allá de los límites de estas ciudades.
Se verificó la documentación de los pasajeros y todos, individualmente, fueron evaluados por ingreso irregular a Brasil.
Mediante nota, la empresa Andorinha (dueña de los seis buses) informó que sus unidades fueron fletadas por agentes de viajes y pasajeros bolivianos en Corumbá.
Según el comunicado de la flota, es una contratación legal y regular en la empresa, los buses salieron de Corumbá. También manifestó que entregaron la lista de pasajeros, tal como la pasaron los contratistas, a las autoridades. «Si hay pasajeros irregulares, es responsabilidad de los contratistas verificar», afirmaron personeros de la empresa.