Descuidistas usan a un niño para robar en La Cancha

Lo que aparentemente parecía ser una familia resultó ser un nuevo modus operandi de robo, para no levantar sospechas.
Las cámaras de seguridad de un puesto de venta ubicado en el mercado La Paz evidenció las nuevas «mañanas» de los antisociales para realizar robos incluso a plena luz del día.
En las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia se puede observar a una pareja de adultos acercarse al puesto de venta, junto a un niño pequeño, de aproximadamente 10 años de edad.
Posteriormente, mientras los adultos distraían con preguntas a la vendedora, se ve como el niño estira la mano y agarra disimuladamente una cartera que se encontraba a la venta.
Cuando los dos adultos, conocidos como «descuidistas» se percatan que el niño ya había realizado el robo, proceden a retirarse del lugar tranquilamente, sin que nadie se percate del insólito robo.
Autoridades policiales de la zona recomiendan a los comerciantes extremar precauciones, no dejar objetos de valor al alcance de los clientes y denunciar cualquier intento de robo, especialmente en lugares concurridos como mercados y ferias.
Este tipo de robos, donde se utilizan menores para cometer delitos, preocupa a vecinos y comerciantes, ya que aumenta la vulnerabilidad y dificulta la identificación inmediata de los responsables.
Sin embargo éste no sería un caso aislado, puesto que hace tan sólo un par de meses también se registró el robo dentro de un puesto de venta de telas en el sector de La Cancha, donde también jugó un papel muy importante una niña de aproximadamente 7 años de edad.
En esa ocasión la menor se encontraba acompañada de una mujer adulta, presuntamente su madre, quien robo en dos oportunidades rollos de tela, para luego volver al lugar y tras percatarse que la vendedora no se encontraba cerca, proceder a robar un bolso que tenía aproximadamente 4 mil bolivianos en su interior.
Las comerciantes de la zona aseguran que los antisociales ahora usan a sus propios hijos como un tipo de escudo, para evitar levantar sospechas en sus víctimas mientras realizan sus fechorías, sobre todo en los días de feria.