Desde su destierro en Buenos Aires (Argentina), el expresidente Evo Morales sigue teniendo influencia en la política boliviana y en medio de la pandemia apuntala a su partido para las elecciones del 6 de septiembre.
«En este momento cuando Evo Morales está en el exilio, fuera del poder, él se ha convertido en una especie de gran elector», grafica para la AFP el politólogo y profesor universitario Carlos Cordero.
Dice que Morales (2006-2019) actúa como «gran elector» porque él designó al economista Luis Arce como candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), mientras otros dirigentes y bases pretendían escoger al excanciller aymara David Choquehuanca o el joven líder cocalero Andrónico Rodríguez.
A pesar de que no tuvo arrastre inmediato en las filas partidarias, Arce figura a la cabeza en las últimas encuestas, seguido de Carlos Mesa, Jeanine Áñez y otros candidatos.
La socióloga y académica María Teresa Zegada indica que Morales es una pieza clave en la presente campaña electoral.
«Creo que él va a seguir en ese rol tan importante, en la medida en que siga constituyéndose en un factor político de polarización en el país, hay sectores importantes que apoyan al MAS y en eso está la presencia de Morales», dice a la AFP.
El exmandatario, de 60 años, solía convocar a dirigentes del MAS a reunirse con él en Argentina, pero debió suspender esos encuentros por la pandemia. Ahora manda líneas de acción a su militancia a través de las redes sociales.
«Volveremos millones y devolveremos la libertad y la dignidad al pueblo boliviano», dice un mensaje fijado en su cuenta de Twitter que sus seguidores repiten cual si fuera un mantra religioso. Agencias