Tragedia en el río Beni. Una adolescente de 16 años y una niña de nueve, primas hermanas entre sí, murieron ahogadas el domingo 17 cuando sus familias decidieron dirigirse a pasar unos momentos de relajación y desestresarse en Cachuela Esperanza. Recorrieron los 93 kilómetros que separan Riberalta de esa pequeña población ubicada en el municipio de Guayaramerín sin pensar en que la muerte acechaba en el agua.
Alrededor de 15.00, la menor de las dos muchachas cayó al río, pues caminaba por la orilla, cerca de puerto Los Indios, desde donde se aborda embarcaciones para cruzar el poderoso afluente y llegar al departamento de Pando. En ese lugar, a unos dos kilómetros de las cachuelas o rápidos, la corriente es peligrosa, hay que saber nadar y bucear para no ahogarse, no cualquiera puede entrar al agua y salir indemne.
Al ver que la pequeña era arrastrada por la corriente, su prima mayor de 16 años se lanzó. Ambas se perdieron en el cauce del río Beni.
La mayor era deportista, formaba parte del club Ribol, que comienza a organizarse para participar en los torneos de fútbol femenino que organiza la asociación riberalteña de este deporte. En cada práctica demostraba buenas condiciones para defender el arco de su equipo.
Elay Diario Digital Riberalteño hizo una detallada cobertura de este hecho. Unas horas después, el entrenador de la joven arquera recibió la noticia del desastre y a través de ese medio de comunicación, pidió ayuda.
Entretanto, alertado por el griterío y la desesperación, Abraham Cartagena y su hijo mayor se lanzaron al agua en procura de rescatar a las desaparecidas. Desde el frente, de la orilla pandina, Vladimir Chautemo hacía lo propio. Sin implementos para bucear, apenas con solidaridad, decisión y la fuerza de la que suelen hacer gala los hombres del campo, ambos enfrentaron las traicioneras corrientes. Ni siquiera la llegada de la noche y con ello el peligro de chocar con maderos o palizadas y los animales salvajes que salen a cazar en la oscuridad los detuvo. Uno de los rescatistas salió del curso con una sanguijuela pegada a su abdomen.
Nada de eso asustó a Cartagena, quien encontró bajo el agua el cuerpo sin vida de la menor de las dos, pero estaba enredado en la vegetación subacuática, por lo que no pudo recuperarlo, y fue Chautemo quien, en un alarde de capacidad de contener la respiración, se sumergió y volvió a la superficie con la niña en brazos.
La búsqueda se reanudó desde el amanecer y, a pesar de que efectivos de la Armada Boliviana enviaron una pequeña embarcación, ninguno de sus efectivos contaba con un traje de buzo, por lo que Chautemo siguió con las zambullidas. Cerca del mediodía, los rescatistas encontraron a la segunda víctima mortal. Su cuerpo fue trasladado en la nave militar hasta el embarcadero de Puerto Los Indios, desde donde fue subida a una ambulancia, en medio del dolor de sus familiares y la congoja de la comunidad.
La que debió ser una jornada de distensión y alegría terminó en un drama, cuyas heridas tardarán en cicatrizar.
Cachuela Esperanza es una pequeña población ubicada dentro del municipio de Guayaramerín, en la provincia Antonio Vaca Díez, del departamento del Beni. Esta comunidad se encuentra a unos 93 kilómestros de Riberalta y 43 de Guayaramnerín.
Fue una de las más importantes ciudades del país —no es exagerado afirmarlo— entre 1872 y 1920 aproximadamente. Fue el tiempo que duró el auge de la goma e hizo multimillonario a Nicolás Suárez Callaú.
Fundó Cachuela Esperanza cerca de los cauchales y enroló por la fuerza a miles de indígenas de la Amazonia boliviana. Su fortuna atrajo la ambición de los filibusteros brasileños quienes invadieron el Acre y dieron lugar a la guerra de principios del siglo XX que concluyó con la cesión de un vasto territorio que pasó a poder del vecino país, aunque el esfuerzo heroico de hombres como el sargento Maximiliano Paredes o los Fernández impidieron la pérdida total del departamento de Pando. Cuando se inventó el caucho sintético, desapareció el auge de la goma, desde cuando Cachuela Esperanza languidece en espera de que se aproveche el potencial hidroeléctrico del río. Agencias