Se trata de la historia de la mujer más temida por los choferes del norte de México, una rubia de 50 años, que envía correos electrónicos, está pendiente de sus redes sociales y pone a prueba a la justicia mexicana. Sin embargo, el narcotráfico no es el único origen de la violencia en esta zona, sino que también tiene una importante taza de femicidios, que saltaron a la luz hace más de 27 años, cuando “Las Muertas de Juárez” llenaban páginas y páginas de la crónica roja.
Ciudad Juárez se convirtió en un infierno para las mujeres, cuando se denunciaba que al menos 11 de ellas eran asesinadas a diario y eran encontradas en campos algodoneros o enterradas a ras de suelo con signos de tortura o violación. Sus edades rondaban entre los 15 y 25 años, eran generalmente mujeres que vivían en la precariedad y muchas abandonaron sus estudios para comenzar a trabajar en fábricas de la ciudad. Cientos de mujeres han sido víctimas, sin justicia aún, considerando que en gran parte de México se rehúsan a calificar esta situación como “femicidios”, es decir, asesinatos de género.
Sin embargo, una mujer hizo temblar a los hombres de Juárez, cuando buscó venganza, por la justicia que sus compañeras aún no tenían.
TERROR EN LOS CHOFERES
El 28 y 29 de agosto de 2013 una mujer hizo parar un microbús de la ruta A-4 que parte en las colonias (barrios privados) de la ciudad hasta el centro de Juárez, una distancia que se recorre entre 10 a 15 minutos. El primer día la mujer habría parado al microbús 718 a las 7.45 de la mañana, en la zona de la colonia Partido Romero, donde el chofer paró el vehículo para abrir la puerta, momento en que ella sacó una pistola y le disparó en diversas ocasiones al conductor. Según relata El País, el chofer llamado José Roberto Flores Carrera intentó salvarse arrancando del microbús para pedir auxilio, sin embargo, no tuvo éxito y murió a causa de los disparos.
Al día siguiente, la situación se repitió a las 8:30 de la mañana en el microbús 744 de la misma línea que el anterior y los disparos fueron contra el conductor de 32 años, Fredy Zárate Morales.
En ese momento se instaló el terror en los choferes de la ruta en Ciudad Juárez, quienes estaban ya bajo sospecha por al menos 12 denuncias de ataques sexuales a mujeres que trabajan en los turnos nocturnos de las maquiladoras (fábricas de manufactura). Más de 20 testigos presenciales de los asesinatos entregaron testimonio al Departamento de Justicia de Chihuahua, confirmando que se trató de una mujer de cabello rubio, de entre 25 y 40 años que vestía de negro.
LA ADVERTENCIA
Sin embargo, un día después la autora “salió a la luz pública” a través de un correo electrónico que hizo llegar a “La Polaka”, un portal de noticias de México. En la misiva la supuesta autora de los homicidios se denominó “Diana, cazadora de choferes”, señalando: “Mis compañeras y yo hemos sufrido en silencio, pero ya no podemos callar más, fuimos víctimas de violencia sexual por choferes que cubrían el turno de noche de las maquilas aquí en Juárez, y aunque mucha gente sabe lo que sufrimos, nadie nos defiende ni hace nada por protegernos”, consignó Clarín.
El correo electrónico continuaba con la declaración: “Por eso yo soy un instrumento que vengará a varias mujeres que al parecer somos débiles para la sociedad, pero no lo somos en realidad, somos valientes y si no nos respetan nos daremos a respetar por nuestra propia mano; las mujeres juarenses somos fuertes”, dando a entender que continuarían los asesinatos a choferes, aunque nunca reconoció los primeros homicidios. A ese nivel de popularidad llegó “Diana”, la mujer que asesinó a dos hombres, en venganza por las cientos de víctimas de femicidio en Ciudad Juárez.
Sin embargo, sus delitos lograron lo que ninguna de las mujeres asesinadas pudo obtener, todas las fuerzas de seguridad mexicanas trabajando para encontrarla en sólo un par de días, cuando “Las muertas de Juárez” que habían fallecido hace 10 años ni siquiera tuvieron personal que pudiera ver sus casos. La muerte de dos hombres a manos de una supuesta mujer, de quien no se supo más que una escueta descripción, el retrato y un par de correos electrónicos, levantó una investigación sin éxito, ya que nunca se supo quién era la misteriosa vengadora. Agencias