El drama por el coronavirus (Covid-19) que se vive en territorio nacional se agrava con los días por el colapso del sistema sanitario, el incremento acelerado de infectados y los decesos de personas que ahora no pueden ser enterradas por falta de espacio en los cementerios o por la indolencia de algunas personas que impiden su sepultura en los camposantos, como en Carachipampa en Potosí, donde dinamitaron y apedrearon ataúdes de fallecidos a causa del virus. En Oruro, los féretros son abandonados en terrenos baldíos.
La vicepresidenta de la Asociación de Empresas Funerarias de Potosí, Aralí Alván, relata que su sector está desesperado porque no pueden encontrar espacios para que los fallecidos “descansen en paz”, ante la gran demanda de servicio de inhumación de cuerpos.
Dice que el martes, cuando intentaron enterrar los cadáveres en el nuevo cementerio para fallecidos con Covid-19 en Carachipampa, los vecinos de esa zona impidieron que se lleve adelante el entierro y comenzaron a lanzar piedras e incluso, dinamitas contra los féretros y trabajadores de las funerarias, que son los encargados de cumplir con los entierros bajo los protocolos de bioseguridad. Señala que también golpearon a las familias dolientes. Estaban siendo apedreados, dinamitados los ataúdes, me daba pena los cadáveres de Covid-19. Lastimosamente esta gente ha arremetido contra que gente que no puede defenderse, gente que está fallecida, gente que debería de haber estado descansando en paz”, declaró.
Asimismo, en la ciudad de Oruro, los vecinos de la zona Huajara II denuncian que, en horas de la noche, personas abandonan ataúdes de fallecidos con Covid-19 en las calles y avenidas. Las familias temen contagios y piden a las autoridades hacerse responsable de esta situación. ANF
