La crisis que ocasiona el coronavirus en todo el mundo y en Bolivia ha cambiado la vida de muchos y a otros los ha empujado a adaptarse a la nueva realidad. Es el caso concreto de los diseñadores de moda, de los costureros y artesanos de la confección de ropa, que tuvieron que cerrar sus talleres cuando empezó la cuarentena.
Luego de un mes de inactividad laboral, de no tener ingresos económicos ni para ellos ni para sus funcionarios, estos creativos nacionales idearon otro trabajo, algo similar, relacionado con la costura, que es la confección de prendas de vestir de bioseguridad, para ser utilizados cuando se sale a la calle y para quienes van a trabajar fuera de sus casas.
La idea ya había sido plasmada en el exterior. Varias casas de modas famosas anunciaron que cambiaban las telas finas y bordadas para trabajar en la elaboración de barbijos, mandiles y trajes de bioseguridad. Carolina Herrera, Cristian Dior, Valentino, Saint Laurent, Armani, Gucci, entre otros, le pusieron su sello a estas prendas que ya empiezan a verse en las calles de las ciudades en el mundo.
Santa Cruz de la Sierra, es la capital de la moda de Bolivia. En la urbe están la mayoría de los diseñadores, costureros, modelos, productores y las tiendas que proveen del material para la elaboración de la ropa. Por ello, el impacto que dio el Covid-19 en esta industria fue fuerte y la reacción de sus protagonistas fue importante. Agencias