Dos «Patronas», bolivianas era jefas de una red de narcotráfico

Dos mujeres bolivianas a las que llamaban ‘patronas’, al estilo de los barones de la droga, dirigían una red de narcotraficantes, pero esta vez en un puesto militar de Paraguay, al límite de la frontera con nuestro país.
La Secretaría Nacional Antidroga (Senad) de Paraguay, puso al descubierto un hecho que causó repudio y ribetes de escándalo en ese país, pues un destacamento militar era utilizado desde hace algún tiempo como acopio de precursores químicos para su traslado a Bolivia para la cristalización de grandes cantidades de cocaína.
La operación denominada Fortín Mendoza, puesta en marcha, descubrió que en el destacamento militar de Gabino Mendoza Boquerón, ubicado en la línea fronteriza del departamento de Alto Paraguay, considerado como uno de los más ricos por su historia en la Guerra del Chaco, operaba una organización de narcotraficantes que acopiaba grandes cantidades de precursores químicos y para burlar todos los controles eran camuflados en tambores en medio de bagazo, para alimento de ganado vacuno.
El cuartel fue tomado por el Senad, donde se detuvo a seis personas, entre ellas dos militares y cuatro civiles, tres de nacionalidad boliviana, donde cayeron las dos mujeres
Inicialmente, durante la incursión que se hizo en el puesto militar había unas 15 personas, pero algunas lograron escapar al monte. Según las investigaciones del Senad, el seguimiento se realizó desde el 2 de agosto, luego de detectarse un camión marca Mercedes Benz, color blanco que estaría transportando algún tipo de precursor químico.

Durante las investigaciones los agentes del Senad descubrieron que las mujeres, de nacionalidad boliviana, dirigían en el interior del puesto militar que fue usado por los narcotraficantes para el acopio de los químicos. Los precursores comprados en Asunción, luego fueron transportados camuflados con los restos de caña de azúcar en los camiones.
A las dos mujeres bolivianas todos les obedecían sus órdenes y les llamaban patronas. Una de ellas en su declaración aseguraba ser empresaria boliviana, pero en realidad dirigía los movimientos del acopio de grandes cantidades de precursores para después transportarlos a Bolivia para el abastecimiento en grandes laboratorios de cristalización.