En un escalofriante relato que dejó perplejos a todos los vecinos de la Pampa de la Isla en Santa Cruz, una vecina, Guely Escobar, reporta una extraña y misteriosa situación en su propiedad. Las hojas de su árbol amanecieron amarradas y trenzadas, lo que la llevó a creer que un duende visitó su casa en una aparente coincidencia cercana a la festividad de Halloween.
“Nosotros lo que primero pensamos fue el duende, cuando abrí el grifo me di cuenta de ese amarradito y mi marido vio la otra, son dos amarraditos”, contó Guely Escobar, dueña de la casa en cuestión.
Según la leyenda local, en tiempos pasados en Santa Cruz, el duende era conocido por aparecer y jugar con los niños, además de trenzar sus cabellos. “La vez pasada, como en agosto más o menos, también estaba amarrado allá arriba del árbol y lo más sorprendente es que no tiene nudo, es como si por arte de magia apareció así ligadito y está duro”, señaló Escobar.
La vecina Cinda Arana también compartió sus experiencias relacionadas con este misterioso ser: “Vivo hace 40 años acá y mi hija de noche me decía ‘mamá, me asusta’, y escucho mucho su respirar. En las noches escucho pasos y una noche mi hija Llegó y me dice ‘mamá, mamá, hay alguien sentado en mi cama’”.
La leyenda del duende en Santa Cruz describe a un hombrecito pequeño de personalidad muy traviesa y poderes sobrenaturales. Su aspecto es similar al de un niño de 4 a 7 años, y utiliza un sombrero de saó enorme que apenas permite ver su rostro. Según el mito, su actividad favorita es raptar a niños pequeños, preferiblemente rubios y no bautizados, que estén desatendidos. Los atrae ofreciéndoles dulces y juguetes para luego hipnotizarlos, trenzarles el cabello y jugar con ellos hasta hacerlos llorar. El enigma persiste en la Pampa de la Isla, y la pregunta sobre si se trata de una coincidencia o casualidad en Halloween sigue sin respuesta, dejando a la población preguntándose si el duende ha vuelto a visitar la zona. Agencias