Apretaba la urna a su pecho como quien sabe que no podrá dar ese abrazo nuevamente. Darling Flores, esposa de Óscar Urenda, acompañó las cenizas de su compañero hasta la última morada, el mausoleo de la familia Urenda, en una jornada fría y lluviosa.
Más de un centenar de personas la acompañó. Entre ellos, familiares -los más cercanos-, el gobernador Rubén Costas, el secretario General de la Gobernación cruceña, Roly Aguilera, personal médico y colegas del secretario departamental de Salud.
Mientras las redes sociales se llenaron con la imagen de Urenda y las condolencias, en el Cementerio General los dolientes guardaron un silencio total, que iba a la par de la congoja y el desconcierto
Las cámaras se apagaron, los globos blancos se soltaron al cielo y las cabezas se inclinaron para despedir a quien muchos consideran uno de los más grandes guerreros de la lucha contra en Covid-19 en el departamento cruceño.
La ceremonia no duró más de 30 minutos. Con una breve misa, el sacerdote Raúl Arrázola despidió a Urenda.
Los familiares se marcharon, apenas quedaron unos funcionarios de la Gobernación, contemplando el mausoleo donde moran ya las cenizas de un colega muy querido. Y cuando nadie quedaba, recién fue permitido el ingreso a las cámaras de la prensa. Por esta vez, la familia quiso el más íntimo de los adioses para el hombre público.
Siete días de duelo
Mientras que las cenizas de Urenda se depositaban en su última morada, en Casa de Gobierno, la Gobernación cruceña le rendía un homenaje póstumo.
La secretaria de Desarrollo Humano de la Gobernación, Paola Parada, a nombre del gobernador Rubén Costas, el gabinete y toda la institución, calificó de un día muy triste el de la partida del «amado guerrero de la salud, el médico Óscar Urenda, luego de perder la lucha contra el coronavirus y al que Santa Cruz llora».
Parada transmitió todo el respeto, gratitud, solidaridad y cariño a su familia, principalmente a su esposa e hijos, por “prestarlo” por 10 años en la lucha incansable en la que dedicó su vida al servicio de la salud en favor de la población de Santa Cruz. “Gracias a la familia del doctor Urenda, a la cual le robamos mucho tiempo para que podamos tener el acceso a la salud de todo el departamento”, expresó.
Recordó que desde marzo, cuando inició la pandemia, Urenda fue la cabeza de la lucha y comunicó que la Gobernación decretó duelo departamental de siete días, sin suspensión de actividades, y sus instituciones dependientes deben izar la bandera boliviana y cruceña con un crespón negro. Agencias