El ajo para tratar los síntomas de la hipertensión

Debido a la utilidad de este ingrediente, te enseñamos 5 recetas con ajo que pueden ayudarte a controlar la hipertensión, siempre acompañadas de los consejos del médico y de los hábitos saludables para garantizar su efectividad.

1. Sal de ajo para tus comidas

La alicina es una sustancia medicinal presente en el ajo, y es ella la que nos ofrece la mayoría de los beneficios para nuestra salud cardíaca, por lo que merece la pena tenerla en cuenta. Es interesante saber, además, que los ajos eran, para los griegos y los romanos, una especie de medicina cotidiana que usaban para combatir enfermedades y fortalecer el corazón.

Ingredientes: 6 ajos. 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (60 ml).

Preparación: Es realmente sencillo. Lo que haremos, en primer lugar, será quitar la piel de los ajos y sofreírlos en una sartén junto con el aceite de oliva. Una vez se queden dorados, apaga el fuego. ¡Cuida de que nunca se quemen!

A continuación, ponlos en un bote de cristal, separados del aceite de oliva para que no cojan humedad y sigan estando crujientes. Cada vez que necesites aderezar tus comidas para que tengan sabor, solo tendrás que rallarlos un poco. ¡Verás qué toque tan agradable!

2. ¿Tomar ajo en ayunas?

A pesar de lo que suele creerse últimamente, consumir ajo en ayunas no aporta ningún beneficio extra. Incluirlo en nuestra dieta, por supuesto, es sano y recomendable.

Es posible que este remedio te parezca un poco fuerte, pero si te detienes a analizar todos los beneficios, ese pequeño esfuerzo va a merecer la pena. Si te preocupa el posible mal aliento que te pueda quedar después, no tienes más que tomar un poco de jugo de limón o masticar una hojita de menta. ¡Al momento desaparecerá la molestia!

3. Ajo macerado en aceite

Tomar ajo macerado en aceite de oliva es un remedio ancestral que nos ayudará a disminuir nuestra hipertensión de un modo realmente sencillo, sin olvidar, además, que es un recurso culinario muy sabroso y original.

Ingredientes: 20 ajos pelados. 500 ml de aceite de oliva virgen extra. Un frasco de cristal.

Preparación: Lo primero que haremos será pelar los ajos y partirlos por la mitad. Ahora solo tienes que llenar el frasco de cristal que hayas elegido con ese litro de aceite de oliva e introducir los 20 ajos, partidos y limpios.

Deberás dejar que pasen, al menos, tres semanas antes de empezar a consumir este aceite o los ajos. Un modo muy adecuado de beneficiarnos de este remedio para ayudar a reducir la hipertensión es, a diario, untarnos dos rebanadas de pan con este aceite medicinal. Es ideal también comer dos de estos ajos cada día.

4. Té de ajo

El té de ajo es también otro viejo remedio muy adecuado para cuidar de nuestra salud cardíaca. Ingredientes: 1 diente de ajo. 1 vaso de agua (200 ml). Jengibre rallado (3 g). 1 cucharada de jugo de limón (15 ml). 1 cucharada de miel (25 g)

Preparación: Empezaremos calentando el agua. Una vez haya empezado a hervir, añade el diente de ajo, que previamente habrás triturado, el jengibre rallado y la cucharada miel. Remueve bien y deja que se haga la cocción por 20 minutos. Pasado ese tiempo, cuela todo el contenido y quédate con la infusión.

5. Comprimidos de ajo para la hipertensión

Otra de las formas de aprovechar el ajo para tratar la hipertensión es a través de comprimidos orales. Esta forma de presentación ayuda a evitar el sabor desagradable que puede dejar el bulbo en la boca, así como el mal aliento. La recomendación general es consumir 4 cápsulas del suplemento de ajo al día, 2 en la mañana y 2 en la noche. No obstante, siempre será necesario consultar con un especialista antes de iniciar la ingesta de cualquier comprimido.

Los remedios con ajo no sustituirán el tratamiento farmacológico bajo ninguna circunstancia.