El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso ya es leyenda. A sus 119 años, el conjunto de la aspirina se ha proclamado campeón de Alemania por primera vez en su historia, poniendo fin a la hegemonía de un Bayern Múnich que llevaba 11 Bundesligas ganadas de forma consecutiva.
Lo ha hecho, además, con un dominio abrumador. Sin conocer la derrota -25 triunfos y cuatro empates- y quedándose a cinco jornadas de convertirse en el primer equipo del fútbol germano que termina una temporada invicto. Un hito con el que el Leverkusen se pondría a la altura de escuadras como el Milan de Arrigo Sacchi (1991-92) o el Arsenal de los Invencibles (2003-04), entre otros.
Pero el dominio de los de Xabi Alonso se extiende mucho más allá de la competición doméstica. Finalistas de la DFB Pokal y cuartofinalistas en la Europa League, donde tienen una renta de dos goles sobre el West Ham de cara al partido de vuelta, en Londres (jueves, 21.00 horas), van camino de un Triplete perfecto, puesto que tampoco han perdido en dichos torneos. Lo nunca visto.
Ante el Werder Bremen, y pese a la rotación masiva del tolosarra, el Leverkusen no desperdició su primer ‘match-ball’ por la Bundesliga. Los verdiblancos se llevaron una ‘manita’ (5-0), y gracias, del BayArena, que vivió una fiesta por todo lo alto que dio por inaugurada, desde el punto de penalti, Boniface, el hombre gol de este equipo.
Malatini zancadilleó a Hofmann y Harm Osmers, a instancias del VAR, señaló la pena máxima. El nigeriano, recuperado recientemente de su lesión en el aductor, no falló, sumando su decimoctavo gol del curso en todas las competiciones.
Solo el travesaño, tras tiro de Adli, y el buen hacer de Zetterer bajo palos postergaron el 2-0, obra de Xhaka a los 15’ de la reanudación. El suizo buscó y encontró, desde la distancia, la escuadra derecha de la portería del Werder Bremen, que reclamó un posible fuera de juego de Wirtz.
El mago de Pulheim, suplente con vistas a la visita al London Stadium, fue el encargado de completar el repóker del Leverkusen con un ‘hat-trick’ desde el banquillo. Primero, con una ‘folha seca’ centrada pero imposible para Zetterer, también vendido en un 4-0 que desató la locura entre los aficionados locales, que empezaron a saltar al terreno de juego. Agencias