El Cerro de Potosí, la legendaria montaña boliviana de la que surgió la plata que impulsó la globalización hace 500 años.
Cerro Rico, la ciudad de Potosí y un molino de estampado accionado por energía eólica para procesar mineral.
Hay monedas que hacen historia, pero pocas se comparan con una de las más famosas de todos los tiempos: el Real de a Ocho.
Y con razón: fue la primera moneda verdaderamente global.
Se producía en enormes cantidades y, a los 25 años de su primera acuñación en la década de 1570, se había extendido por Asia, Europa, África y América, estableciendo un dominio global.
Conocida también como el «peso de ocho reales» o simplemente «peso», fue por tres siglos la moneda de reserva, y se estima que en el siglo XVIII, el 50% de todo el dinero en circulación en el mundo era en Real de a Ocho.
Solo fue sustituido en el siglo XIX por la libra esterlina y desde mediados del siglo XX por el dólar estadounidense.