César Armando Librado Legorreta, contaba con 30 años cuando era conductor de un microbús de la Ruta 2 que corre del Metro Chapultepec a Valle Dorado en la ciudad de México. También se dedicaba a violar y matar a las mujeres que se cruzaban en su camino y operaba tanto en el entonces Distrito Federal como en el Estado de México. Tenía esposa, dos hijos, vivía en el municipio de Tultitlán y trabajaba como microbusero. De acuerdo con la Procuraduría mexiquense, el primer crimen lo cometió el 14 de julio de 2011; el segundo el 26 de noviembre, el tercero el 13 de diciembre, el cuarto el 30 de noviembre de ese mismo año y los dos últimos, el ocho y 18 de enero de 2012.
Su modus operandi consistía en que simulaba una descompostura en la unidad, bajaba a todos los pasajeros, excepto a una joven seleccionada al azar. Le ofrecía llevarla hasta donde fuera si lo esperaba a que arreglara la falla, pero antes de llegar al lugar cambiaba de ruta, violaba a la mujer y la asesinaba, posteriormente arrojaba el cuerpo al canal en Tlalnepantla o en diversos sectores de Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, llevándose consigo las pertenencias de sus víctimas para regalárselas a su esposa. En una ocasión cambió el modus operandi para tratar de despistar a las autoridades y tiró el cuerpo de una mujer en la calle de General Primm, en la colonia Juárez, a unas cuadras de la Secretaría de Gobernación. El alias de “El Coqueto” surgió porque conducía un microbús que tenía esa leyenda escrita en el parabrisas.
César Armando Librado Legorreta fue detenido el 26 de febrero de 2012 en la Ciudad de México y trasladado a la Subprocuraduría de Justicia de Tlalnepantla, Estado de México. Durante su interrogatorio confesó: Violé a ocho mujeres de las cuales maté a siete por miedo a que me denunciaran Por increíble que parezca, “El Coqueto” se fugó ese mismo día de esas instalaciones con la ayuda de sus celadores, según confirmó el procurador estatal, Alfredo Castillo, quien dijo que, al no tener la figura del arraigo, los detenidos sólo pueden estar vigilados, pero sin violar sus derechos humanos, por lo que en cualquier descuido se pueden escapar, como en este caso ocurrió.
Arrastrándose pidió ayuda a sus familiares quienes fueron por él y lo ocultaron en la casa de uno de ellos, ubicada en la entonces delegación Magdalena Contreras de la Ciudad de México. No obstante, tuvieron que pasar más de 24 horas para que se diera a conocer que el feminicida había escapado. El sábado 3 de marzo de 2012, César Armando Librado Legorreta fue detenido por agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México en Magdalena Contreras. Debido a las lesiones que presentaba, ya que no recibió atención médica, “El Coqueto” no podía caminar, por lo que cuando fue reaprehendido se encontraba en el piso del inmueble, en short y vendado de la cintura.
El 13 de abril de 2012, “El Coqueto” fue trasladado a Toluca en donde fue operado de la columna, con un procedimiento que duró casi 10 horas y tuvo un costo de 300 mil pesos. Los médicos informaron que existía la posibilidad de que no volviera a caminar; sin embargo, superó la crisis y fue internado en el penal de Barrientos. Las madres de sus víctimas presionaron a las autoridades a fin de que los homicidios de sus hijas no quedaran impunes.
Los tres agentes fueron consignados por negligencia y haber escapado para tratar de evitar ser acusados de complicidad en la fuga del detenido. El 4 de diciembre de 2012 “El Coqueto” recibió una primera sentencia a 61 años de prisión al ser encontrado culpable de violación y tentativa de homicidio. Días después, el 12 de diciembre de ese mismo año, un juez le dictó sentencia acumulada por siete homicidios de 280 años de prisión, con lo que su condena se incrementó a 341 años. El juez aclaró que, por tratarse de un proceso penal abreviado, el inculpado tiene derecho a la pena mínima y ningún otro beneficio, por lo que le dictó 40 años de prisión por cada uno, además de imponerle una indemnización por fallecimiento de más de 94,000 pesos por cada una de sus víctimas.
“El Coqueto” fue trasladado al Penal de Topo Chico, en Nuevo León, para cumplir su sentencia. Pero como esa cárcel ya fue cerrada este año, la opinión pública ignora a dónde fue reubicado. Agencias