El presidente de EL Salvador Bukele, “Voy a hacer un llamado como el que hicimos a las pandillas a inicios de 2019, que les dijimos paren de matar o no se quejen después. Pues yo les voy a dar un mensaje a los importadores, comercializadoras, mayoristas y distribuidores de alimentos: paren de abusar del pueblo salvadoreño o no se quejen después”.
Esa fue la advertencia que lanzó el 5 de julio pasado el presidente Nayib Bukele, quien durante su primer gobierno bajó dramáticamente el índice de homicidios de El Salvador con su guerra contra las llamadas maras, al tiempo que lo volvía el país con la tasa carcelaria más alta del mundo.
Apenas un mes antes, al ser nuevamente investido, ya había adelantado que la prioridad de su segundo mandato sería la economía. Y aquel viernes de verano, acompañado de su gabinete, Bukele se dirigió a la ciudadanía en cadena nacional de radio y TV para abordar una inflación que rompía récords.
Durante su alocución, dijo haber identificado productos de la canasta básica con sobreprecio, obra de quienes se aprovechaban de que no existiera una sanción penal por ello, solo multas.
Y tras recordar que aquellos con antecedentes de evasión fiscal, contrabando o sobornos a agentes podrían enfrentar también la cárcel, advirtió: “No estamos jugando, por si alguien dice sólo es el salveque (amenaza sin intención de cumplirla), show, sólo cortina de humo, pues ya verán si sólo es cortina de humo”.
“Así dijeron también los pandilleros. Yo espero precios bajos mañana o van a tener problemas”, zanjó el presidente, entre cuyos lemas se encuentra uno que die que «el dinero alcanza cuando nadie roba».
Inmediatamente el ministro de Agricultura, Óscar Domínguez, anunció la puesta en marcha de 20 puntos de venta en zonas estratégicas con “precios justos”; los llamados agromercados. Agencias