Un grupo de investigadores chilenos descubrió en la Antártida el huevo más grande de la era de los dinosaurios, de casi 30 centímetros y 6,5 kilos, que correspondería a un reptil marino que vivió hace más de 66 millones de años.
El hallazgo también hace historia al ser el segundo huevo de mayor tamaño del que se tenga registro.
El académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile Alexander Vargas explicó que el huevo tuvo una cáscara blanda «muy delgada» y que la madre, un reptil marino que probablemente fue un mosasaurio, midió «entre 7 y 17 metros».
«Gracias a este hallazgo ahora sabemos que existen huevos de cáscara blanda de este tamaño. La masa límite de estos es de 700 gramos, entonces el ‘Antarcticoolithus bradyi’ viene a romper el esquema con sus 6,5 kilos, comparables a la masa del gran huevo del «ave elefante» de Madagascar y a los mayores huevos de los dinosaurios no aviares», detalló el paleontólogo David Rubilar.
El descubrimiento marca un punto de inflexión tanto por su enorme tamaño como por su rareza, ya que es «inédito» que se preserve un huevo de cáscara blanda, que según el experto, «tienden a descomponerse con facilidad y no quedar preservados como fósiles».
La isla Seymour, un lugar único en el planeta
La exploración que hizo posible el hallazgo en 2011 se enmarcó en la mayor campaña paleontológica de Chile en el continente blanco, como parte de la expedición anual del Instituto Antártico Chileno (Inach).
Los geólogos se centraron sobre todo en la Isla Seymour, plegada de «maravillosos y abundantes fósiles» y uno de los pocos sitios donde se puede distinguir el fin de la era de los dinosaurios del inicio de la era de los mamíferos, hace 66 millones de años.
Precisamente en esa época habitaron la zona los mesosaurios, que están directamente emparentados con especies como el dragón de Komodo y las serpientes.
«Quizás nos da una pista (el reciente descubrimiento) de en qué tipo de entornos podríamos encontrar otros huevos de este tipo. También se abre una discusión sobre cómo y dónde nacían estos animales», concluyó Rubilar.