Uno de los ingredientes fundamentales que tiene el fútbol para ser un deporte tan emocionante es esa relación con el golpe de suerte que puede definir un partido. El largo remate de Riccardo Gagno, arquero del Módena, fue la prueba viviente de ese vínculo. En la recta final de la Serie C, se vivió un momento impensado en el certamen italiano.
El portero del Módena, al mirar los 91 minutos, buscó un pelotazo largo para darle una oportunidad más a sus compañeros, sin pensar en lo que sucedería. Los hinchas se pararon de sus asientos y rezaron por una milagrosa acción que les diera los tres puntos.
De manera inesperada, el viento sopló a favor de Módena: la lluvia y el césped húmedo ayudaron a que el balón saltara como nunca, pasara por encima del arquero y lentamente ingresara al fondo del arco. Gagno festejó el gol como si fuera un delantero y lentamente todos sus compañeros corrieron para abrazar al héroe de la historia.