Hace veinte años, Fidel Castro se llevó a Maradona a Cuba para intentar librarlo de las garras de la cocaína. Allí, el futbolista mantuvo una relación íntima con una menor de edad, que terminó convirtiéndose en adicta a las drogas y sometiéndose a una operación de aumento de pecho. La historia, que es la versión de aquella joven, Mavys Álvarez, la ha relatado ella misma en el programa AméricaTeVe, del canal 41 de Miami.
En la entrevista, Álvarez contaba que conoció a Maradona el viernes uno de septiembre del año 2000. Un empleado del hotel en el que se alojaba el entonces jugador la interceptó mientras paseaba por La Habana. «Yo iba caminando y un señor me dijo que si quería conocer a Maradona. Estuvieron más de una hora convenciéndome de que era importante ayudar a Diego, que era una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido. Finalmente acepté», relataba. «Unos minutos después me recibió Maradona. Conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien, nunca se propasó. Me invitó junto a mi familia al día siguiente a cenar al Palacio Dupont».
Días más tarde, Maradona le propuso irse a vivir con él a su casa en La Pradera. La familia de Mavys no recibió la noticia nada bien. «Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá, pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres».
Mavys no lo sabía, pero ojalá hubiera hecho caso a sus padres, ya que la relación con Maradona fue tomando otro cariz y la llevó a vivir los peores momentos de su vida. «Diego me llevó a la droga cuando tenía 16 años. En varias ocasiones me insistía (…) fue después de que llevásemos unos seis meses de relación. Él se sentía solo y probé la cocaína por complacerlo. Ese fue el error más grande de mi vida», admitió.
A partir de ese momento, su relación con la cocaína fue a más, hasta que terminó por engancharse. «Yo lo intentaba, pero no podía salir. Era una espiral. Cuando salía de la droga me refugiaba en el alcohol. Fue bastante difícil», relataba Álvarez, que incluso tuvo que ser ingresada unas horas en un centro médico de La Habana, el Cemiq, el mismo donde fueron atendidos Castro, Hugo Chávez y Florencia Kirchner, hija de la vicepresidenta argentina Cristina Kirchner.
Además, ante la insistencia de Maradona, Mavys terminó operándose el pecho para tener una talla más grande. «Me dijo que me vería mucho mejor con los senos más agrandados. Quería que me operaran en Cuba, en la casa en la que estábamos. Le dije que no, que no me iba a operar en casa, porque tenía miedo de que la cirugía saliera mal o hubiera algún peligro de infección o algo. Entonces él decidió hacérmelo en Argentina».
Fueron a Argentina, pero las cosas no salieron del todo bien. «Me operé. La operación fue muy complicada, porque la herida se me abrió debido a las locuras de Diego. Tuve que quedarme más tiempo. Fui para 20 días y estuve dos meses y medio, más o menos».
Giannina, una de las hijas de Maradona, escribió unas palabras muy duras contra la entrevista y allegados a Maradona señalaron en medios argentinos que la relación de Mavys y el ex futbolista era aceptada y conocida por toda la familia de la cubana.
Mariano Israelit, uno de los mejores amigos de Maradona y que pasó largas estancias en aquellos tiempos en la clínica La Pradera, explica a LOC lo que él vio y recuerda. «Era una relación consentida entre ellos. Vivíamos en La Pradera, en la Casa 1 y la Casa 2, con su madre y su abuela, que estaban permanentemente con nosotros. Cocinaban ahí, hacían todo. Nunca pregunté qué edad tenía, los veía muy enamorados, tenían una excelente relación».
No obstante, a sabiendas del testimonio de la cubana, Mariano Israelit emite unas palabras de disculpa: «De todos modos, sabiendo ahora lo que pasó, yo me disculpo con ella. Ahora me entero de su edad y de lo que contó. Es importante aclarar que todas las cosas que hacían en su intimidad eran de ellos dos, yo eso no lo viví, estaba en mi habitación, nunca supe ni me metí. Mucho más sabiendo el nivel de celos que tenía él respecto a sus novias. Todo esto es nuevo para mí». elmundo.es