Una destilería en Bolivia desarrolló una cerveza en base a las hojas de coca, el objetivo es recuperar esta planta ancestral sagrada de los pueblos andinos. Con un macerado de tres meses en barriles se elabora la bebida.
En las alturas de La Paz, un aroma inusual se eleva desde los barriles de El Viejo Roble, una destilería que desafía convenciones con su nueva creación: Coca Beer. Este brebaje, en el que la hoja de coca macera durante tres meses, busca reconciliar el pasado ancestral de la planta con su estigmatizado presente.
Adrián Álvarez, el dueño, no solo pretende innovar en el mercado cervecero, sino también rehabilitar la imagen de la hoja de coca en Bolivia. Utilizando 100 libras de coca por lote, adquiridas legalmente en el mercado autorizado de La Paz, Álvarez destaca cómo su cerveza de siete grados de alcohol combina lo amargo de la coca con un toque dulce, prometiendo un sabor único que captura la esencia cultural del país.
La iniciativa de Álvarez es parte de un movimiento más amplio en Bolivia, donde emprendedores como él exploran nuevos productos con hoja de coca, desde licores hasta energizantes, intentando abrir mercados locales e internacionales.
A pesar de los desafíos, como las restricciones impuestas por organismos internacionales, Bolivia persiste en su búsqueda para despenalizar la hoja de coca, subrayando su valor cultural y nutricional arraigado en tradiciones indígenas milenarias.
El debate sobre la hoja de coca va más allá de lo económico y se convierte en una lucha por el reconocimiento de derechos culturales frente a la estigmatización internacional.
Con el respaldo reciente de la OMS para estudiar sus propiedades, Bolivia vislumbra un camino hacia la aceptación global de la hoja de coca como un recurso legítimo y valioso, distanciándola de su asociación exclusiva con la cocaína (o sustancias controladas).
En un país donde la coca no solo es una planta, sino un símbolo de identidad y resistencia, cada paso hacia la despenalización representa un avance hacia la reparación histórica con sus pueblos indígenas. Mientras tanto, emprendedores como Adrián Álvarez continúan desafiando fronteras con cada botella de Coca Beer, no solo para conquistar paladares, sino también para cambiar percepciones arraigadas. Agencias