Osteoporosis, obesidad, depresión, hipertensión arterial y diabetes son algunas de las consecuencias de la obesidad. ¡Conócelas para tomar acción y evitarlas!
Sistema inmunitario
Una de las consecuencias del sedentarismo es la afectación del sistema inmunitario y de su capacidad para defender al cuerpo contra las infecciones. La falta de actividad física reduce la respuesta de los glóbulos blancos.
Osteoporosis
Sobre todo en las mujeres, el sedentarismo tiene entre sus consecuencias al desarrollo de osteoporosis. En esta condición se pierde densidad mineral en los huesos, volviéndolos susceptibles a fracturas.
Sarcopenia
Una medida de la calidad de vida en la tercera edad es la fuerza de agarre; es decir, la potencia con la que se pueden tomar objetos con las manos. Muchas personas sedentarias tienen una reducción notable de este parámetro, por haber perdido masa muscular, a causa de la inactividad física. La condición se conoce como sarcopenia y se hace más evidente con el envejecimiento.
Dislipidemia
Reducir el tiempo de pantallas en los adultos y promover la actividad física les permitía mejorar su perfil de lípidos en la sangre. En concreto, aumentaban los niveles de colesterol bueno o HDL. La actividad física regular mejora el metabolismo de las grasas, porque estimula la actividad de las enzimas que participan en la descomposición de los lípidos. Por lo tanto, además del aumento del colesterol HDL, se puede lograr un control del colesterol «malo» o LDL.
Obesidad
Si bien la obesidad es una enfermedad multifactorial, puede decirse con seguridad que el sedentarismo la tiene como una de las consecuencias principales. Las personas que no realizan actividad física aumentan de peso con mayor facilidad y suelen llevar un patrón de alimentación que favorece la acumulación de grasas.
Diabetes mellitus
La actividad física regular mejora la sensibilidad a la insulina. Cuando una persona es sedentaria, los músculos son menos sensibles a esta hormona, por lo que la glucosa ingresa menos a los tejidos y aumenta su concentración en la sangre. De hecho, en las personas diagnosticadas con la enfermedad, un pilar del tratamiento es la actividad física.
Hipertensión arterial
Otra de las consecuencias del sedentarismo es la contribución al desarrollo o al agravamiento de la hipertensión arterial. Además de los factores de riesgo que aparecen por el sobrepeso y por la resistencia a la insulina, el estilo de vida sedentario tiene efectos directos en el corazón y en las arterias.
Depresión
La actividad con falta de esfuerzo mental por excelencia es mirar televisión. Pasar demasiadas horas dedicados a esta acción produciría un aumento del riesgo de depresión. No obstante, no ocurre lo mismo cuando se trata de trabajar con un ordenador.
Mayor riesgo de cáncer
El sedentarismo es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer. Los desbalances hormonales por la falta de actividad física y la inflamación crónica que sobreviene por el estilo de vida son mecanismos por los cuales se incrementa la posibilidad de las neoplasias.
Mayor mortalidad
El estilo de vida sedentario se vincula con una mayor mortalidad por cualquier causa. Esto quiere decir que aquellas personas que no realizan suficiente actividad física tienen más riesgo de morir antes.