El Informe Mundial sobre Cocaína 2023, elaborada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), afirmó que el negocio de trueque de cocaína por automóviles indocumentados y robados sigue funcionando en la frontera entre Bolivia y Chile, concretamente en el salar de Coipasa.
Los promotores de venta de autos robados o ilegales y los narcotraficantes tienen una estrecha vinculación.
El documento, que tiene 180 páginas, tiene el apartado “Las zonas fronterizas se caracterizan por la convergencia de actividades ilícitas”. En este punto resalta que los vehículos robados e indocumentados ingresan de contrabando desde Chile a Bolivia por uno de los más de 110 pasos no autorizados que se tienen identificados.
“Los vehículos robados se suelen desensamblar en piezas de repuesto para venderlas al otro lado de la frontera. Como señalan fuentes mixtas, esta actividad parece generar colaboraciones ocasionales entre contrabandistas de vehículos y traficantes de cocaína que intercambian pequeñas cantidades de cocaína por vehículos robados. Al parecer, en Chile también han proliferado los grupos delictivos que compran vehículos con dinero en efectivo de origen ilícito y luego los venden en Bolivia para blanquear los ingresos procedentes del tráfico de armas y drogas”, establece el informe de la Unodc.
Además, se informó que los vehículos robados son desmantelados en el municipio de Sabaya, desde donde envían las autopartes a diferentes ferias del país, entre ellas la feria 16 de Julio, que está en la ciudad de El Alto.
El negocio es rentable. Un contrabandista adquiere el vehículo robado en $us 1.000, luego lo introduce a Bolivia por rutas clandestinas y en Sabaya lo desmantela. Luego vende los repuestos y logra ganar hasta 4.000 dólares, cuatro veces más de lo que invirtió. Varias casas de ese pueblo orureño, que cuenta con 11.000 habitantes, tienen los garajes amplios, con espacio para que ingrese un camión o varios vehículos. Estos lugares se convierten así en centros mecánicos. Agencias