Los signos de alerta comienzan a detectarse cuando el cálculo se mueve hasta los uréteres. Allí pueden obstruir el recorrido fluido de la orina, inflamar el riñón y producir espasmos fuertes.
La causa principal de esta afección es la precipitación de las sales. Además, la obesidad y las enfermedades crónicas como la hipertensión también pueden causar la formación de los cálculos. En algunos casos, estas masas con apariencia de piedras pequeñas se pueden eliminar a través de la orina. Para ello, es fundamental ingerir grandes cantidades de agua que permitan poder ir al baño de manera frecuente.
Por otro lado, en otros casos, la piedra puede quedar atascada en el tracto urinario. De esa manera, en esas situaciones es necesario realizar un tratamiento con ondas de choque o llevar a cabo una cirugía. Sin embargo, un estudio experimental realizado en Turquía por el Hospital de Investigación Ankara encontró un nuevo tratamiento. A continuación mencionamos todos los detalles.
LA INVESTIGACIÓN
Los especialistas reunieron a 75 pacientes que tenían cálculos y los dividieron en 3 grupos. La idea de esto era que cada uno de ellos se sometiera a un tratamiento distinto para comparar los resultados.
De tal modo, al primer grupo le solicitaron que mantuviera relaciones sexuales entre 3 y 4 veces durante la semana. A los del segundo les indicaron que les tenían que administrar tamsulosina, un medicamento para relajar los músculos de la vejiga. Finalmente, a los del tercero les dijeron que llevaran a cabo el tratamiento tradicional.
Después de ello, a las dos semanas todos los pacientes se sometieron a diagnósticos médicos para analizar los avances. En ese momento, se descubrió que 26 de los 31 pacientes que tuvieron relaciones sexuales lograron eliminar los cálculos.
Por su parte, en los del segundo grupo solo se lograron recuperar 10 personas de 21, y en el tercero el tratamiento fue efectivo para 8 de 23. Además, uno de los factores que resaltaron es que los cálculos de los 75 pacientes eran de un tamaño similar. De esa manera, concluyeron que tener relaciones sexuales entre 3 y 4 veces a la semana es una alternativa eficaz para eliminar los cálculos de menos de 6 milímetros.
SÍNTOMAS
El síntoma principal que indica que una persona tiene cálculos renales es el dolor punzante en la espalda o los laterales del vientre. Adicional a ello, pueden sentir un ardor intenso al momento de orinar. La apariencia de la orina es oscura o con sangre. Además, al momento de expulsarla se podría detectar un mal olor.
También, las personas sienten unas ganas constantes de ir al baño, sin embargo, en muchos casos solo pueden orinar en pequeñas cantidades. Por otra parte, el malestar se puede identificar con la aparición de fiebre, escalofríos y vómito.
¿CÓMO PREVENIRLOS?
Beber mucha agua. “Es recomendable que las personas ingieran entre uno y dos litros diarios de agua”, explica la doctora.
No abusar de la sal. La probabilidad de tener piedras en los riñones aumenta cuando se consume más sodio.
Consumo moderado de proteínas animales. Comer proteínas provenientes de animales puede aumentar la probabilidad de padecer cálculos renales. “Se puede comer un día a la semana un bistec de ternera o atún, pero no se debe abusar”, comenta uróloga. A pesar de limitar la cantidad de proteína animal que se ingiere cada día, es necesario asegurarse de obtener el aporte necesario de proteína.
Evitar los alimentos ricos en oxalato. “Esta recomendación es para aquellas personas que tienden a formar piedras de oxalato y que expulsan mucho oxalato por la orina”, afirma la doctora Regué. En estos casos es recomendable reducir la ingesta de alimentos ricos en oxalato como el cacao, el café, el refresco de cola, la espinacas, las fresas, el té, los frutos secos o el trigo, por ejemplo.
Personas con problemas de ácido úrico. Deben alcalinizar la orina y restringir la ingesta de proteínas animales (carne, marisco o pescado azul). “Muchas veces solo alcalinizando la orina se puede evitar la formación de cálculos o favorecer que las litiasis renales del paciente se deshagan”, afirma la especialista del Instituto de Urología Serrate & Ribal. “Para alcalinizar la orina se podria hacer, por ejemplo, ingiriendo bicarbonato disuelto con agua” dice. “Su hándicap es que lleva sodio, y la sal para según qué pacientes no es conveniente. Por este motivo la alcalinización se hace con citrato potásico”, añade.