La directora de Migración Oruro, Shirley Jiménez, informó la jornada de ayer, que la Fiscalía y miembros de la Policía hallaron sin vida a un venezolano en el interior de un alojamiento de Pisiga, paso fronterizo entre Chile y Bolivia.
«De acuerdo a versión de la administradora del alojamiento, miembros de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y la Fiscalía habrían acudido al lugar para trasladar el cadáver del venezolano a la morgue del Cementerio General, llevándose también los documentos para la investigación», explicó.
Extraoficialmente se conoce que la causa de su muerte seria por sustancias controladas y que habría estado relacionado con otras dos personas extranjeras.
Jiménez indicó que, mediante una autopsia legal, se evidenció que el cadáver no presenta hechos de violencia.
«Estamos a la espera de los documentos del fallecido, para proceder con la revisión del flujo migratorio y poner en conocimiento del consulado para que, mediante esta instancia, se pueda comunicar a sus familiares de este fatal desenlace», dijo.
Aunque no hay una cifra oficial del número de venezolanos que vive actualmente en Bolivia, las autoridades de migración calculan que son cerca de 20.000. La mayoría de ellos, producto de una oleada migratoria que se ha incrementado en los últimos dos años, no tiene documentación y están en condición irregular. Esto les impide no sólo acceder a un trabajo digno, sino a derechos elementales como la salud y la educación. Muchos de ellos viven en refugios y se dedican a actividades informales y a la mendicidad.
Asimismo, los departamentos donde más venezolanos se registran son Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, esto debido al clima y movimiento economíco. Agencia
