Al menos 15 militares y un civil murieron por los combates entre Armenia y Azerbaiyán este martes, pese a los llamados internacionales a la moderación, en especial de parte de Rusia, la potencia regional. Se suman a otros cuatro soldados fallecidos en los últimos días en la región.
Los choques en el distrito fronterizo de Tavuch, enfrentan a dos enemigos de larga data y constituyen los más graves desde hace varios años, haciendo temer por la estabilidad en la región del Cáucaso.
Azerbaiyán anunció este martes la muerte de siete militares y de un civil, que se suman a cuatro soldados fallecidos en los dos días previos. Además, tildó la acción armenia de “provocación”.
“Las fuerzas armadas de Armenia, con el objetivo de tomar las posiciones hacía el distrito de Tovuz (Azerbaiyán) en la frontera estatal entre Azerbaiyán y Armenia, intentaron efectuar un ataque mediante el uso de fuegos de artillería”, dice un comunicado publicado este martes.
Y agrega: “Las fuerzas armadas de Armenia realizan, deliberadamente, los ataques contra la población civil de Azerbaiyán. En consecuencia, el 14 de julio un civil azerbaiyano de la región de Tovuz, nacido en 1944, fue asesinado”.
Por su parte, Armenia anunció que cuatro miembros de sus fuerzas armadas habían sido abatidos.
En total, 16 personas han muertos en ambos lados desde el domingo. Ambos países han registrado además varios heridos y aseguran que las bajas mortales del enemigo son mayores de lo que admiten las cifras oficiales.
Estas dos antiguas repúblicas soviéticas han estado en conflicto en torno a la región separatista de Nagorno Karabaj en Azerbaiyán, un territorio de mayoría armenia que se separó, con el apoyo de Ereván, a principios del decenio de 1990 y luego de una crisis desatada dos años antes, desencadenando un conflicto que causó unos 30.000 muertos.
Azerbaiyán nunca se resignó a la pérdida del territorio separatista y ha manifestado en más de una ocasión el deseo de recuperarlo a través del diálogo o por la fuerza. Armenia, a su vez, defiende el derecho de la autodeterminación de Nagorno Karabaj y aboga por devolver a los representantes de la república separatista a la mesa de las negociaciones para hallar una solución íntegra al conflicto, que mantiene en vilo la región desde hace más de tres decenios.