«Nunca lo voy a perdonar a mi papá», gritó llorando una de las cuatro hijas de Catalina y Cristóbal, antes de desmayarse en el cementerio donde enterraban a su madre, sumidas por el dolor.
Catalina Condori Vicente, la segunda víctima de feminicidio en Cochabamba de este año, se ganaba la vida costurando polleras. Ella salía a vender las prendas y Cristóbal se enojaba porque creía que debía quedarse en la casa las 24 horas. Además, según sus familiares, Cristóbal tenía otra pareja y una de sus hijas ya lo había escuchado amenazar de muerte a Catalina en las últimas semanas.
De acuerdo a la investigación, el feminicidio ocurrió en el municipio de Vinto, en Alto Mirador. Delante de sus hijas, Cristóbal obligó a Catalina a ingerir una sustancia tóxica y luego él tomó el mismo líquido, para quitarse la vida.
Tras su audiencia de medidas cautelares, el aprehendido fue enviado a la cárcel de El Abra, con detención preventiva.