La situación crítica ha pasado en el cementerio, donde antes se tenía que programar con anticipación las cremaciones ante la alta demanda. Las familias esperaban entre dos días a una semana para acceder a ese servicio. Las muertes por coronavirus colapsaron los campos santos y a eso se sumaban los decesos por causas naturales u otras enfermedades.
Cochabamba tiene una tasa de letalidad de 8.16%. La segunda más alta del país puesto que antes está Santa Cruz con 9.17%, de acuerdo con los datos al 27 de septiembre. Sin embargo, el número de entierros diarios ha bajado de 17 que se registraban cada día en julio, a 6 que se reportan como máximo.
Sobre las cremaciones, realizan tres a cuatro cada día. Antes, el número era cuatro veces más; 12 a 15 incineraciones (por covid-19 o sospecha; los casos por otras enfermedades eran pocos) en los dos hornos crematorios.
Desde que empezó la pandemia por el coronavirus se determinaron medidas de bioseguridad y los entierros son distintos. El cementerio está siempre cerrado. Algunas medidas se han flexibilizado, pero se debe cumplir los protocolos de bioseguridad.