Un calvario de violencia y agresiones
Según detalla la médica. «Llegaron al hospital San Bernardo a las tres de la mañana, en dos autos sin patentes. Cuando allí les preguntaron sus nombres y lugar de procedencia, el personal administrativo alertó a la policía. Pero la familia Martínez se fugó. Los buscaron en los domicilios declarados, pero no estaban allí. A las ocho de la mañana se presentaron en mi clínica».
Continuó su relato: «En esta situación, no podíamos dejar a la paciente en la calle. Decidí recibirla con el protocolo, porque no sabíamos si tenía coronavirus, pero venía de un lugar con circulación comunitaria. La recibí y le prohibí el ingreso a sus familiares, que debían ir a cuarentena obligatoria. Fue en este momento que comenzó la agresión. Frente a otras personas que esperaban para ser atendidas, una mujer y dos hombres de la familia Martínez comenzaron a gritar que yo le había negado el ingreso a la paciente, que habían averiguado mi dirección».
«Dijeron que me iban a violar, que me iban a encontrar muerta. Ellos pusieron en riesgo a la población de esta provincia y violaron la restricción de ingreso de personas provenientes de zonas de riesgo».
A mí no me importa si son de Bolivia o de la Argentina, sino el control epidemiológico. Se atendió con el protocolo correspondiente y se realizó el estudio. Pero yo no sé si me van a esperar afuera de mi casa», señaló.
Según Cuarto Poder, ante aquella violenta situación desencadenada en la clínica, tuvieron que intervenir los profesionales presentes para protegerla. Luego del incidente en la clínica recibió más amenazas. Porque la policía los encontró y los llevó al lugar adonde debían realizar la cuarentena obligatoria. A raíz del estudio médico realizado, tomó contacto telefónico con un familiar de la paciente y comenzó nuevamente la agresión.
«Decían que tenían amigos en la Gendarmería y que me iban a matar por haberles negado la atención; que me cuidara, que conocían mi casa, mi auto», dijo la médica.
«Es triste que nadie haya escuchado las advertencias. Yo no soy más que una médica atendiendo, tratando de que se respete todo lo que el Gobierno dijo. Pero ninguna autoridad prestó atención a mis llamados. No puedo poner en riesgo a todos los abuelos de la clínica porque una paciente se tiene que realizar una tomografía», dijo.