Escalofriante: Niña caníbal de ocho años vive escondida dentro el metro

De acuerdo con algunos sitios de internet y la revista Insolente, la espeluznante historia de la niña caníbal del metro Tacubaya comenzó el 7 de septiembre, cuando diversos medios de circulación nacional anunciaron en sus portadas la desaparición de Rosarito Sánchez Sierra, una mejor de 8 años que se extravió en la estación Tacubaya tras soltar la mano de su madre y perderse entre la multitud.

La madre buscó y buscó, pero Rosarito no apareció, hasta que comenzaron a suceder cosas muy extrañas en las inmediaciones del metro Tacubaya; donde aparecían cuerpos mutilados. ¿De quiénes eran los cuerpos mutilados? Es un misterio; sin embargo, de acuerdo con algunos reportes policíacos, tres testigos aseguraron haber visto a una niña mordiendo el cuerpo de un indigente, pero nadie pensó que se trataba de aquella niña que se extravió el 7 de septiembre.

De acuerdo con el acta 07-20790 del Ministerio Público, la menor (Rosarito) se refugió en la oscuridad de los túneles del metro Tacubaya, donde aprendió a sobrevivir y moverse entre penumbras; sin embargo, el lúgubre entorno, su soledad y el hambre comenzaron a nublar su mente y en su instinto de supervivencia tuvo que saciar su apetito con los indigentes que se refugiaban en los túneles del metro.

En una escalofriante reconstrucción de los hechos, la niña caníbal narra con toda tranquilidad y frialdad cómo tras quedar atrapada en el interior del Metro y con el hambre haciendo estragos, encontró a un vagabundo muerto por una caída y al ver que las ratas mordían el cuerpo de aquel hombre, la niña aprovechó, desprendió el pie y comenzó a comérselo, fue así como sobrevivió durante casi 3 semanas.

La víctima reportada por la policía Judicial presentaba mutilación y desprendimiento total del tobillo izquierdo. De acuerdo con la declaración de la niña Rosario Sánchez Sierra que con toda tranquilidad narró a los uniformados, ella se quedó atrapada al interior del metro, después de permanecer varias horas escondidas al interior de uno de los túneles. Siendo bastante noche encontró en el mismo túnel a un vagabundo quien habiendo destapado una alcantarilla se infiltró en las instalaciones del Metro para pasar la noche.