La tumba de El Tancara, quien fue brutalmente asesinado en la cárcel de El Abra, fue profanada el 2016 a tan solo dos años de su muerte, según denunciaron sus familiares en ese momento.
Uno de los hermanos, fue a visitarlo y poner flores al nicho, se encontró con una lápida nueva de color blanco que había sido cambiada por personas desconocidas. Desde entonces los familiares temían el robo de los restos de El Tancara, por lo que los funcionarios del Cementerio General abrieron el ataúd para verificar que los restos estén intactos. La hermana del difunto denunció que alguna vez encontraron velas negras alrededor de su tumba.
La tumba, que es uno de los lugares más visitados del cementerio y el mismo campo santo, también son escenarios de hechos paranormales. Una mujer que trabajaba ahí, confirmó la presencia de seres que deambulan por el lugar sin poder ser vistos, pero sí escuchados. El sitio de las almas perdidas guarda un aire denso y especial. Martha cuenta que muchos van al lugar a “pedir favores a las almitas”. Incluso, admite que uno le fue concedido.
Explicó que las características de los sitios con mayor carga paranormal son aquellos donde sucedieron hechos emblemáticos, presencia de cuerpos, entre otros. Las historias que guarda el cementerio son infinitas. Otra de ellas es la del exdelegado de la cárcel de El Abra, que murió en la matanza de El Abra, Édgar Tancara. “Los nueve días que pasaron después de su muerte se escuchaban disparos, como si siguiera ahí en una pelea”, contó Marta.
¿QUIÉN TIENE LA CABEZA DEL TANCARA?
Surgieron varias teorías y rumores de que sí habría sido robada la cabeza de El Tancara, sobre todo después de que profanaron su tumba, se dice que tal vez personas muy allegadas a él y que lo acompañaron en vida lo tengan como protección, para cuidar su vida, salud y prosperidad en negocios. También surgen teorías que lo tuvieran sus enemigos, muchos de ellos dentro y fuera de la cárcel y que lo hicieron buscando tener su energía para ser una persona poderosa, como lo fue en su tiempo el ya fallecido Edgar Tancara.
Entre las creencias está que las personas podemos absorber y sanar a través de otros seres humanos, al estar cerca de una fuente de energía de una persona que fue poderosa, buena o mala, su energía puede ser estimulante para la protección. En el caso de la creencia boliviana, esta fuente sería la cabeza o “ñatita” de una persona.
¿POR QUÉ LA GENTE PROFANA TUMBAS?
Los chamanes y los brujos son quienes realzan la profanación de tumbas para conseguir los huesos que luego utilizan en sus rituales y brujería. A una profanación le pueden corresponder diferentes tipos de castigos como maldiciones o hechicerías para tener la suerte y fortuna del fallecido.
¿POR QUÉ SE ADORAN LAS ÑATITAS?
La tradición dice que las ñatitas protegen a las familias que las conservan: ayudan a que sus negocios prosperen, cuidan las casas de posibles ladrones, velan por la salud de sus propietarios, ayudan a encontrar pareja y protegen de los malos espíritus, entre otras bondades.
Las «ñatitas» llegan a manos de sus propietarios de distintas formas y quienes las acogen lo hacen por motivaciones tan variadas como obtener favores, pedirles protección para su hogar o negocio, tener buena salud o éxito en los estudios.
En ocasiones, las calaveras pertenecen a una familia y pasan de generación en generación. También se obtienen de tumbas olvidadas, profanando las tumbas de personajes siniestros o considerados santos.
«LA CABEZA ES UNA FUENTE DE PODER»
La percepción de que las cabezas pueden trasmitir fuerza, sabiduría y energía para enfrentar los problemas, tiene su origen en la legendaria cultura preincaica de Tiahuanaco, que tuvo su epicentro en el actual territorio andino de Bolivia.
La muerte es comparada con lo sangriento y lo macabro, la cultura andina considera que “la muerte trae a la vida”, de tal forma que las festividades dedicadas a la muerte en noviembre son también expresiones “de alegría y felicidad” para traer vida y prosperidad a quien tenga la cabeza.
La convivencia con calaveras humanas a las que se venera a cambio de invocar su protección ha dejado de ser considerada una tradición macabra y clandestina. Agencias