Otra contratación directa en plena emergencia por la pandemia terminó en un escándalo. Esta vez fue en la provincia de Buenos Aires. En el inicio de la cuarentena, el gobierno de Axel Kicillof decidió comprar 200 respiradores a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La contratación directa benefició a una empresa local con antecedentes en el rubro. El expediente establecía un pago anticipado de $124 millones (equivalente a más de $u 1.7 millones), un 40% del total, según pudo saber Infobae. A comienzos de abril, la firma Aeromedical SA cobró el anticipo pero nunca pudo cumplir con lo pactado y terminó denunciando por estafa a su proveedor, el mismo que terminó preso por la venta de 5 millones de barbijos a la Ciudad de Buenos Aires. El caso ya está en poder de la Justicia.
La contratación por parte de la Provincia se hizo efectiva el 2 de abril a través de la orden de compra 05/20. Ese mismo día, Aeromedical subcontrató a Damián Nevi, un comerciante que decía importar los respiradores desde China pese a las restricciones.
Las negociaciones habían arrancado unos días antes. Aeromedical no tenía stock suficiente y se contactó con una broker, Paula Fernández, quien trabajaba junto a Nevi.
El 30 de marzo -el mismo día que se firmaba el contrato con la Ciudad por los barbijos- Nevi y Fernández mandaron un presupuesto por 200 respiradores invasivos (para casos graves que necesitan intubación) de la marca General Electric. El valor de cada uno era de $1.040.000 más IVA. Nevi prometía tener 250 respiradores. Varias mentiras juntas porque los respiradores de esa marca no se fabricaban en China cuando arrancó la pandemia. Además, Nevi no estaba autorizado a importarlos. “Las únicas compañías autorizadas a la fecha para la comercialización de ventiladores de GE Healthcare en Argentina ante la ANMAT son las empresas JAEJ SA y GE Healthcare Argentina S.A”, dijeron desde General Electric.
Nevi acumula varias denuncias por negocios truchos durante la pandemia y está detenido desde fines de mayo por la venta de barbijos a la Ciudad de Buenos Aires. En ese caso, cobró $60 millones de una empresa intermediaria y nunca cumplió con la entrega de los insumos. Sin embargo, el dinero fue congelado a tiempo por la Justicia y se restituyó a la Ciudad.
La contratación de Aeromedical con la Provincia se canalizó través del Programa 16/006 del PNUD, vigente desde 2016. Ese mismo Programa permitió solventar los insumos que llegaron desde China al comienzo de la cuarentena, en los aviones de Aerolíneas Argentinas, según consta en la documentación a la que accedió este medio. En esos cargamentos, había barbijos, mascarillas y trajes, pero no llegaron respiradores.
La única compra de respiradores conocida hasta ahora era con la empresa Cegens, de José C. Paz, que entregó 30 equipos. Luego entró en vigencia una prohibición del Ministerio de Salud de la Nación para la comercialización de respiradores a privados y Estados provinciales o municipales. “La Provincia recibió respiradores comprados por el Gobierno nacional y los distribuyó entre los municipios”, dijeron fuentes oficiales.
Pero la compra a la empresa Cegens no fue la única.
El 2 de abril, el mismo día que se materializó la contratación con la Provincia, Aeromedical le pagó a su proveedor un anticipo de $68.952.000. Lo hizo mediante un cheque. El monto equivalía al 30% del total acordado con Nevi.
Doce días después, Nevi se volvió a contactar con el dueño de Aeromedical por Whatsapp. Se quejó de que el cheque había sido rechazado y amenazó con voltear la operación. Pese a las dificultades para operar con los bancos, los dueños de esa firma decidieron hacer una transferencia. Ya se habían comprometido a entregar los respiradores dos semanas después de la firma del contrato.
El dinero se transfirió a una cuenta personal de Nevi en el Banco Credicoop, la misma que utilizó para cobrar el anticipo de los barbijos. Al igual que en ese caso, donde llegó a inventar el robo de los camiones con la mercadería, Nevi comenzó a improvisar una serie de excusas.
El 11 de mayo, según consta en la denuncia judicial, el comerciante fue hasta las oficinas de Aeromedical: aseguró que ya había importado 90 equipos y que los otros 110 estaban en camino desde Hong Kong. Una semana después, el dueño de Medinsumo terminaría detenido por el caso de los barbijos. En su casa, la Policía secuestró $ 810.000 dentro de una valija de color gris, con una nota que rezaba “ESTE ES EL PAGO TUYO”.
Ambas causas tramitan en el juzgado criminal y correccional 40, a cargo de la jueza Paula González.
Al enterarse de la noticia por este medio, los dueños de Aeromedical tomaron contacto con un agente de carga que había participado de la operación. Las novedades no eran buenas: los respiradores que habían llegado a Ezeiza no eran los mismos que había comprado la Provincia. No coincidía ni la marca ni el modelo. No solo eso: eran equipos no invasivos, es decir, aquellos que se aplican a pacientes con problemas respiratorios menos graves y se utilizan con mascarillas ajustadas a la boca.
La empresa terminó denunciando por estafa a Nevi. La investigación judicial estuvo hasta ayer en secreto de sumario. Entre las primeras medidas, la jueza ya secuestró los respiradores que estaban en el aeropuerto de Ezeiza y comprobó que no eran invasivos. También allanó el domicilio de Paula Fernández, donde secuestró varios elementos para analizar.
Ante una consulta de este medio, en la firma se limitaron a decir que “actuaron de buena fe” y destacaron su trayectoria en el rubro de los insumos médicos. En ese punto, hay una diferencia sustancial con el caso de los barbijos: la empresa contratada por la Ciudad, E-ZAY, no tenía antecedentes en el rubro sanitario y además está siendo investigada como parte de una defraudación contra el Gobierno porteño. Ese expediente está a cargo del fiscal porteño Maximiliano Vence.
La detención de Nevi por la estafa con los barbijos precipitó la caída del contrato entre la empresa y la Provincia por un total de 310 millones ($280 millones más IVA al 10,5%). La documentación a la que accedió este medio muestra que se iba a pagar $1.402.714 por cada respirador (más los impuestos) cuando el costo unitario era de $1.040.000.
El contrato se rescindió formalmente el 2 de junio, tres meses después del acuerdo. Ese documento lleva la firma de María Victoria Anadon, Subsecretaría Técnica, Administrativa y Legal del Ministerio de Salud bonaerense. Para la empresa significó una pérdida millonaria porque ya había transferido casi 70 millones a Nevi y tuvo que afrontar el costo de una póliza de caución exigida en el contrato.
Pese a la estafa, la funcionaria también intimó a la firma Aeromedical a restituir el anticipo, unos $112 millones ($124 millones sumando el IVA), en un plazo de siete días hábiles. El dinero tenía que ser depositado en la cuenta “UNDP Representative en Argentina pesos deposit account” del Citibank. En el Ministerio de Salud bonaerense respondieron anoche, ante una consulta puntual de Infobae, que el dinero nunca fue devuelto y que por ese motivo “se ejecutó la caución”.