El expresidente de Bolivia y líder del MAS, Evo Morales, “levantó las manos” y dijo que ya no exigirá hacer ajustes en el gabinete político que acompaña al presidente Luis Arce y, una vez más, demandó a las organizaciones sociales que respaldan al Gobierno que no pretendan cuotearse espacios de poder.
“Salvo mi responsabilidad, explicando, compartiendo algunas experiencias, pero finalmente Lucho toma sus decisiones. Es el Presidente”, explicó Morales en su habitual programa dominical difundido por la radio cocalera Kawsachun Coca.
El exmandatario visitó la Casa Grande del Pueblo en varias ocasiones desde fines de 2021. En un primer momento, demandó un perfil político para los ministros y luego, en una evaluación con los cocaleros del Chapare, cuestionó públicamente al Gabinete.
“Algunos ministros que dicen: ‘yo no soy político, soy técnico’. A uno de ellos conozco, ni siquiera es técnico, grave, no puede ser pues. Es un gabinete político y mi recomendación pública desde acá al hermano Lucho es que se tiene que cambiar ministros”, afirmó el 30 de diciembre en el ampliado con dirigentes del MAS y sindicatos cocaleros, según el diario El Deber.
La pasada semana, Morales visitó en dos ocasiones la Casa Grande del Pueblo. El sábado tuvo una reunión con Arce, el vicepresidente David Choquehuanca y la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
“No se tocó nada del Gabinete. Esa es su responsabilidad”, apuntó.
Eso sí, Morales recordó alguna de las observaciones que hizo estas semanas.
“Expresé mi preocupación por algún sector social que está ahí imponiendo. Algunos piensan que algunos ministerios son propiedad de ese sector. Expresé algunas debilidades. Lamentablemente, algunos ministros o viceministros no responden al presidente, sino al sector social cuando se trata de cuoteo y no hay gestión”, detalló.
Durante el último trimestre de 2021, protestas en las calles obligaron en dos ocasiones a retroceder al Gobierno de Arce.
La primera, que fue por un paro de un día, obligó el 14 de octubre a retirar de la Asamblea Legislativa el proyecto de ley contra el lavado de activos.
Eso no bajó la tensión y varios sectores, incluidos aquellos afines al oficialismo, decidieron realizar un paro indefinido contra la Ley 1386 que validó la Estrategia de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas.