El argentino Alejandro Burzaco, uno de los testigos en el juicio en Nueva York contra dos exejecutivos en el marco del megaescándalo de sobornos en la FIFA, aseguró este miércoles que pagaron unos 32 millones de dólares en sobornos a los principales ejecutivos de la Conmebol hasta 2015.
Hasta que estalló el escándalo de los sobornos en 2015 conocido como FIFAgate, la empresa T&T -creada por Burzaco y la brasileña Traffic-, en la que habrían participado los dos acusados, el argentino Hernán López y el mexicano Carlos Martínez, había pagado entre «30 y 32 millones de dólares» en sobornos para asegurarse el lucrativo mercado de los derechos televisivos de los campeonatos de fútbol, dijo el testigo en el tribunal.
La suma total ascendía a «entre 50 y 60 millones» de dólares pero no llegaron a pagar las sumas comprometidas porque la investigación en 2015 del llamado FIFAgate lo frustró.
Los principales beneficiarios fueron el llamado «grupo de los seis», integrado por los miembros más importantes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol): el presidente, Nicolás Leoz (paraguayo, fallecido en 2019), el vicepresidente Eugenio Figueredo (uruguayo), el secretario general Eduardo Deluca (argentino), el tesorero Rómer Osuna (boliviano), y los presidentes de las dos federaciones más poderosas del fútbol sudamericano, el brasileño Ricardo Teixeira y el argentino Julio Grondona, fallecido en 2014.
«Sobornamos a todos estos señores y yo participé en este esquema», dijo Burzaco, que se declaró culpable y llegó a un acuerdo con la justicia estadounidense que incluyó el pago de una multa de al menos 21,6 millones de dólares.
«¿Por qué a estos individuos en particular?», preguntó la fiscal Kaitlin Farrell. «Eran miembros clave de Conmebol», explicó el testigo presentado por la acusación. Desde 1999, Conmebol negocia los derechos de retransimisión de los clubes que hasta entonces los negociaban individualmente. Agencias